Suelo comentar y escribir a menudo sobre el desasosiego que me produce vivir en un país adicto al Gran Hermano, a La Noria y el Tomate, a la bipolaridad (Madrid-Barsa, PSOE-PP, negro-blanco...), a las bodas reales, al ladrillo, a la peineta, a lo gratis, y a un sinfín de cosas más que nos distinguen como un país cañí. Pasan infinidad de cosas importantes en nuestra vida, en nuestro entorno, y la sociedad española permanece anestesiada, como si la estrategia franquista de fútbol y toros nos hubiese lobotomizado sin remedio. Y cuando pienso en ello se me hincha la vena y, por momentos, me dan ganas de irme a vivir al monte con las cabras, que al fin y al cabo, si de hacer de cabrón se trata yo también puedo ejercer de forma independiente sin que nadie me manipule.
Sin embargo en estos días algo serio está pasando en este país y se está ocultando en los medios de comunicación. Una ola de indignación ha ido extendiéndose por la dichosa piel de toro y, en un alarde de compromiso y de sentido común sin precedentes, España se está levantando, y aquí en este video, que te invito a ver completo porque la tele no está por la labor ya que el domingo hay que votar A o B (la C no existe), puedes comprobar que la lucidez colectiva no es una entelequia.
En las redes sociales han ido gestándose iniciativas y mensajes como #nolesvotes, #acampadasol, #nonosvamos, #yeswecamp, #notenemosmiedo, y unas cuantas más que han generado lo que ya se llama fuera de nuestras fronteras la #spanishrevolution. Por más sitios de Europa se está extendiendo este bendito virus que aquí ha sido bautizado como Democracia Real Ya y que se les está indigestando a nuestros políticos porque no hay líderes a los que identificar y, por lo tanto, no es posible controlar la situación. La derecha dice que esta gente es comunista porque, a falta de inteligencia, la descalificación es la mejor arma; la izquierda no sabe qué hacer pues su histórico progresismo se ha visto superado.
Y en este punto es donde uno se da cuenta de que no todo el mundo es complaciente con la especulación, con la chapuza, con la Euromandanga, con el paro, con los discursos vacíos. Uno se da cuenta de que es posible rebelarse contra los reinos de Taifas, contra la corrupción, contra la mentira, contra el miedo, contra la resignación cristiana. Uno comprende que en mayo del 68 empezaron a cambiar muchas cosas pero que, en mayo del 2011, tenemos que corregir rumbo, porque algunos han perdido el norte, el timón, y hasta los gallumbos.
Quizá te suene a un hecho simpático y puntual, que también ha llegado aquí por cierto, pero lo que hay detrás te debería hacer reflexionar seriamente. Y no te voy a invitar a que acampes tu también, no, porque ya sé que estás muy mayor y eso es mucho pedirle a tu body. Lo que te digo es que ha llegado el momento de levantarse, de abandonar el sofá y la televisión del domingo, ha llegado el momento de que seamos responsables y tomemos nosotros las riendas, ha llegado el momento de ir el domingo a votar, en silencio, sin estridencias, pero a votar con contundencia y sentido común a un partido diferente, NO TE ABSTENGAS, vota a uno de esos partidos pequeños frecuentemente ninguneados porque no han entrado en el juego ya que con nuestro voto pueden remover por completo los cimientos de una estructura política acomodada e inepta.
Es TU responsabilidad. Ha llegado el momento de que votes a David para tumbar a Goliat, y que luego puedas contarle a tu familia que tú estuviste un 22 de mayo de 2011 repartiendo ostias como panes blandiendo un voto. Ahora, más que nunca, TODOS DEBEMOS SER ISLANDESES.