Del pequeño Jorge al Papa Francisco

Soy mamá de cuatro hermosos hijos. Creo en la familia, en el valor del trabajo, en el respeto mutuo. Creo en la solidaridad que empieza desde casa, con la persona que tenemos al lado. Creo en el amor verdadero, que se construye, que se edifica sobre bases sólidas con paciencia, con humor, con alegría, con trabajo y entre todos. Creo que los niños tienen que ser niños, jugar, divertirse, tener la libertad para crecer sanos y felices. Y para esto, creo que los padres debemos ser padres, poner límites, ayudar a los chicos a encontrar su camino.

Estoy convencida que cada niño tiene el potencial de ser quien quiera ser. Ahí la autoestimada y el amor propio, la contención familiar y las herramientas que pueda ir adquiriendo en su vida van a ser los aspectos que determinaran si llega a su meta. Una meta que puede cambiar, quizás ni la sabe pero la siente.

Si pasas por el barrio de Flores, en CABA, vas a encontrar la plazoleta Herminia Brumana, que está a media cuadra donde vivió el Papa cuando era Jorge Bergoglio. En la piso de la plazoleta hay un cartel que dice: En esta plaza se reunían los niños del barrio. Aquí Jorge M. Bergoglio corría tras la pelota con sus amigos. Eran tardes de juegos, encuentros y amistad.

Hace unas semanas atrás, el Papa, ese que jugaba a la pelota en la placita de la esquina, dirijó un discurso ante los líderes del mundo en USA, en la ONU. Un niño que nació en otra parte del mundo, contenido por su familia, jugando a la pelota, fue la persona más aplaudida mientras le decía a presidentes de nuestro planeta que había que ser justos, solidarios, tolerantes, les decía que había que luchar para que éste sea un mundo mejor. Les dijo aquello que seguramente no querían escuchar pero tampoco podían negar.

file000436808781

El Papa dijo frases que quedaran en la historia, conmovió a muchos que escucharon lo que piensan y quizás no se animan a decir. Todos sus discursos están en la web, para que los puedas leer y revisar. No importa la religión, muchos de los conceptos tienen que ver con “ser bueno”. ¿Es necesario que nos aclaran que tenemos que ser buenos? Parece que sí.

Yo, como mamá, busco que mis hijos tengan buenos ejemplos. Que vean que no hace falta robar, desprestigiar a otros, ser mala persona para triunfar en la vida. ¿Pero qué es triunfar? Para mí, es lograr impactar de manera positiva en otros, lograr desde tu trabajo, tu espacio que por lo menos una persona tenga un mejor día gracias a alguna de tus acciones. Eso creo.

Prendés la radio, la televisión, entras en internet y los buenos ejemplos faltan. Hay miles de personas que día a día hacen el bien, son exitosos y son héroes con valentía. Muchos dejan todo para ayudar a otros. Eso no se ve, quizás porque no “vende”. No lo sé.

Pero un día puedo llevar a mis hijos a la placita de enfrente, y que ellos sean los niños que juegan en la plaza. Y yo, como mamá, tengo todas las herramientas para lograr que ellos crezcan queriendo ser exitosos. Hoy, que jueguen tranquilos, que vivan las amistades, la alegría, la paz. Que sigan una pelota en una plaza de barrio. Que lo hagan tranquilos sabiendo que sus padres los aman, los contienen y desde ese amor, los educan.

Yo les cuento, que un día, un nene como ellos, jugando como ellos, llego a ser el Papa Francisco. Y que cuando llegó a ese lugar y todos los ojos estaban puestos en él, hablo de amor, de paz, de solidaridad, es decir, de ser buena gente.

No puedo ir a sacarme una foto al Vaticano, y cuando llegue a Bs.As. tampoco lo podré ver. Soy tan solo una mamá argentina. Pero desde este espacio donde puedo expresarme tal cual lo siento, donde puedo llegar a otros le quiero dar las gracias.

Gracias pequeño Jorge, gracias Papa Francisco, por darnos un ejemplo a seguir, por volver a poner en agenda el amor, la solidaridad, la paz. Gracias por usar twitter y Facebook y todas las redes sociales para llegar a los jóvenes. Gracias por hablar con todas las religiones. Gracias por hacer el esfuerzo de preparar las palabras adecuadas para que lleguen a nuestros corazones. Gracias por haber jugado a la pelota en la placita de la esquina. Gracias.