Revista Libros

"DELATORA" de Joyce Carol Oates

Publicado el 12 febrero 2021 por Marianleemaslibros

"Para papá, el mundo estaba inapelablemente dividido: varones y hembras. Y a mis hermanos los quería de una forma diferente a como nos quería a mis hermanas y a mí, con un amor más extremo, más exigente, mezclado con impaciencia, en ocasiones con burla; un amor hiriente.
En mis hermanos se veía a sí mismo y, en consecuencia, encontraba fallos, incluso vergüenza, necesidad de castigarlos. Pero también padecía una ceguera, la imposibilidad de separarse de ellos. A sus hijas, a sus chicas, papá las adoraba. Nadie habría dicho de ningún Kerrigan que adorase a sus hijos varones.”
¿Qué debería prevalecer: la lealtad familiar o la lealtad a la verdad? ¿Alguna vez es un error decir la verdad, hay algún momento en que mentir a la familia esté justificado? ¿Se puede hacer lo correcto y que toda la vida nos lamentemos por ello?
Delatora está protagonizada por Violet Rue Kerrigan, una joven que recuerda su vida después de que, con doce años, ofreciera su testimonio sobre el asesinato racista de un niño afroamericano por parte de sus hermanos mayores y la apartasen de su familia. En una sucesión de episodios recordados de un modo casi palpable, Violet analiza las circunstancias de su vida como la menor de siete hermanos, una niña en su momento querida, que inadvertidamente «delata» a sus hermanos, dando pie a su arresto, su condena y a su propio distanciamiento.
Esta conmovedora novela dibuja una vida de destierro (destierro respecto a los padres, a los hermanos, a la Iglesia) que obliga a Violet a reconstruir su propia identidad, romper el poderoso embrujo de la familia. Un largo exilio como «delatora» para llegar a una vida transformada.
Mi propio resumen-síntesis sin spoiler
Una noche del último día de su infancia feliz, Violet Rue presencia una escena y escucha unas palabras que marcarán el resto de su existencia. Esa noche inolvidable, con tan solo 12 años, averigua que sus hermanos han cometido un cruel asesinato, se entera sin quererlo de que con un bate de béisbol han matado a golpes al chico negro, Hadrien Johnson cuando este volvía a su casa en bicicleta. Y ellos la pillan escuchando, saben que lo ha oído todo.
Violet es la benjamina y la niña mimada de los Kerrigan. Vive con sus padres y sus seis hermanos (cuatro chicos y tres chicas) en Black Rock Street, South Niagara en el condado de New York. Son una familia bastante racista, súper religiosos y los miembros masculinos muy machistas. El padre, Jerome, un excombatiente en la guerra de Vietnam es el típico progenitor en exceso autoritario, que no pasa una, alcohólico, violento, al que sus hijos adoran, aunque también le temen en la misma medida. 
Adoraba a mis hermanos. Más que a Rick, el pequeño —que se parecía a mí por temperamento y que era, igual que yo, razonablemente bueno como estudiante, además de amable—, a los otros, a los mayores: Jerr, Lionel, Les. Estos últimos eran irascibles, ruidosos, impacientes y mandones. Tan pronto como los adultos no los oían, decían palabrotas, incluso obscenidades. Eran divertidos: groseros y vulgares. Y ruidosos…, ¿he dicho ruidosos?

A los pocos días, uno de sus hermanos, Lionel, la empuja por las escaleras a modo de advertencia (“Ten la puta boca cerrada, porque ahora no vas a poder abrirla.”), pequeña demostración de lo que podría ocurrirle si no es capaz de guardar el secreto, una cojera permanente y una cicatriz en la cabeza, cruel recordatorio perdurable, que llevará consigo toda su vida. 

Dos, tres segundos fuera de combate: conmocionada. Despertar estupefacta para encontrarte sobre el suelo helado. Un martilleo en la sien izquierda, donde algo, el afilado borde de un escalón helado, te ha hecho un corte en la piel —fina como papel— provocando un raudal de sangre. Tienes la pierna izquierda retorcida debajo de ti, y también la rodilla, doblada en un ángulo imposible. Tantísima sangre en tan poco tiempo, te domina el asombro. Demasiado sorprendida para que te preocupe la posibilidad de desangrarte y morir.

Pero un secreto de tal envergadura, es demasiado para una chiquilla que está aterrada por lo que sabe y no tendría que saber, por lo que vio y no tendría que haber visto. No puede más y canta, Violet Rue lo suelta todo, aunque lo cierto es que prácticamente los servicios sociales la obligan a ello cuando en el colegio una profesora descubre su cuerpo lleno de golpes. Pasa a ser, a ojos de sus padres y hermanos, una chivata, una delatora, y eso no se puede perdonar, el haber propiciado que Jerr y Lionel sean condenados por homicidio, es algo imperdonable. 

Se convertiría en materia de alegato judicial: la información no solicitada, obtenida sin coacción, puramente voluntaria, que proporcionó a la policía de South Niagara la hermana de doce años de dos de los sospechosos de la agresión a Hadrian Johnson, que había culminado con su muerte.

Y así fue como quedó decidido el resto de su vida, una nueva vida separada de todos a los que amaba, una fugitiva bajo tutela judicial. Toda una vida de destierro por chivata, viviendo horrorizada imaginando el momento en el que sus hermanos saliesen de la cárcel. Años de espera, con el miedo metido en los huesos, girando la cabeza a cada pisada escuchada detrás. Esperando, siempre esperando a que la venganza tocara su puerta, esperando una llamada de perdón por parte de sus padres, de sus hermanas, esperando para recomponer los cachitos de una vida que quedó resquebrajada.

Cuando estás esperando no eres ni feliz ni desgraciada. Aguardas. De manera solo a medias consciente, di por sentado que continuaría siendo la misma Violet atrofiada y maldita de doce años, aunque el tiempo siguiera extraña, indiferentemente su curso, como si la catástrofe que era mi vida no pesara más que una pluma que ya ha salido volando por los aires.

Ambientada en los años 90, Violet Rue Kerrigan nos narra en primera persona lo que vivió desde los doce a los veintisiete años, nos cuenta qué pasó con ella desde el inicio del exilio, tras delatar a sus hermanos mayores. Y cómo a causa de aquella revelación, son arrestados y condenados a prisión (aunque los hermanos, días atrás, habían conseguido salir impunes por abusar de una niña con déficit mental). Cómo fue apartada de la familia que no quiso saber nunca más nada de ella y la llevaron a vivir con una tía hermana de la madre que consintió en hacerse cargo de la chiquilla. 

No me puedo creer que de verdad yo no le importe a nadie. Como suele decirse, no nos podemos imaginar el mundo sin nosotros.

Y hasta aquí puedo contar, no os digo más, no puedo decir más. Tendréis que leerlo vosotr@s para ser partícipes de todo lo que ocurrió, como lo sintió, conocerlo todo desde su punto de vista, desde su sufrimiento interior. 

“Delatora” es la cuarta novela que leo de la autora, y ya podréis imaginar que en cuanto me enteré de su existencia no pude dejarla pasar, ni dejarla para más adelante, la quise ya. 
Qué os puedo decir sobre lo que pienso de la prosa de esta autora, sobre sus escritos, que no sepáis ya, que no haya dicho ya, esta vez no voy a daros la matraca, no quiero ser pesada ni repetitiva. Sí os cuento, por si alguien no lo sabe todavía, que a esta eterna candidata al Nobel (me encantaría que algún día lo ganara y pronto, no a título póstumo, ya que el próximo mes de junio cumple 83 años, ) se le ha otorgado en el mes de enero, el Premio Pepe Carvalho de novela negra en el marco del festival BCNegra que se celebra en Barcelona (España), algo es algo. 
Este último libro suyo de reciente publicación me ha gustado mucho, lo he disfrutado también mucho. Quizás no se vaya a convertir en mi preferido, igual no es el mejor de todos, pero no me ha defraudado, ha estado a la altura, como siempre hasta ahora. Y digo hasta ahora, es porque si algo tengo claro, es que no todo lo que sale de la pluma de un@ autor@ que nos fascina, nos tiene que gustar por igual, incluso algo habrá que no nos convenza nada, eso es así, por mucho que elegirla, sea ya de por sí una apuesta bastante segura para nosotros.
Si me pidierais que hiciera un RANKING entre las cuatro lecturas a modo de recomendaciones personales, aunque no es fácil, creo que me quedaría así: en primera posición “Persecución” (quizás por ser la primera que cayó, la novela con la que descubrí a esta maga de las palabras experta en sacar a la superficie lo más podrido del alma humana, me pareció brutal y esa sensación de brutalidad aún perdura en mi cabeza), después creo que pondría a "Rey de picas" y seguidamente en la misma posición “Carthage" y “Delatora”. Pero no entendáis mal, no penséis que Carthage y Delatora son peores, no. Son magníficas también, pero puestos a elegir. . . 
Con "Delatora" he podido corroborar por cuarta vez que algunos temas son típicos y reincidentes en sus libros: en todos hay algún tipo de violencia de género y finales violentos, unos más, otros menos, pero bastante violentos, algún personaje excombatiente de alguna Guerra con secuelas físicas, mentales o ambas (en este caso el padre), personajes machistas y/o misóginos y otros extremadamente racistas, relaciones tóxicas, familias tóxicas y la religión siempre presente de alguna forma, de fanatismo o de ateísmo. Estas son sin duda las marcas de fábrica de la autora.
Resumiendo: “Delatora” es otra estupenda novela de Oates, que me ha permitido volver a disfrutar esa forma de escribir tan suya que creo reconocería con los ojos cerrados y esas tramas tan suyas, tan de denuncia social que te enganchan de principio a fin. Su título original, “My Life as a Rat”, ya presagia lo que nos vamos a encontrar, lo que nos va a brindar esta autora que como nadie sabe poner el dedo en la llaga, golpear donde más duele, y lo ha vuelto a hacer.
 
Solo corro para seguir viva.

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