Revista Sociedad
No le arriendo a Muamar el Gadafi muchas ganancias: Delenda est Gadaffi. Los países occidentales le han dado por "amortizado" en esta revolución libia que se ha llamado la "revolución del siglo XXI". Su forma de actuar, agresiva e incluso terrorista le han procurado una nómina de enemigos importante en su historia. Los abusos cometidos en su país habrán llenado el silencio de los libios de esa misma falta de amor. En el exterior la dialéctica de preguerra pirotécnica y sus actos han llenado esa desafección internacional de motivos. Al tiempo bien llenaba sus cuentas suizas, y sucias, a costa de la venta del petróleo y gas a esos mismos países enemigos occidentales.Muamar el Gadafi no abandonará Libia aunque con ello signifique que esta guerra civil que se vive se alargue. Ni su concepción egocéntrica de la política y la gobernación ni la megalomanía que ha ido desarrollando, como síndrome del poder omnímodo, se lo permiten.Es sorprendente ver como el austero líder que llegó al poder en 1969 siguiendo la estela del coronel Nasser en Egipto con un mensaje panarabista y socialista se ha convertido en una especie de exótico dictador de república bananera desértica. Sus intentos de llevar su revolución y formar una república árabe, la formó con Irak y Egipto desde 1972 a 1977, han quedado en nada. Su afán revolucionario fue cortado de raíz con el ataque en su misma casa en los bombarderos norteamericanos a Trípoli en 1986. Desde ese momento su apoyo por la revolución árabe y socialista disminuyó, aunque no le impidió aprobar el ataque al avión 103 de la Panam que cayó en Lockerbie en 1988 matando a 259 personas y colaborar con el terrorismo internacional ya desde mucho antes.Desde entonces, desplantes, egocentrismo, petróleo, inversiones en Europa, hijos de papá y jaimas que demuestren su origen, han sido sus señas de identidad permitidas, y a veces jaleadas, por las democracias occidentales que tienen un doble rasero muy evidente entre los dictadores "a secas" y los dictadores con recursos naturales o energéticos. En estos más de cuarenta años la ideología del régimen ha ido cambiando desde ser cercano a la URSS a abogar por el islamismo todo con el fin de mantenerse en el candelero y lograr la siempre necesaria cohesión de un pueblo que no quiere dictadores.Sin embargo y a pesar de lo que nos digan los medios para encubrir o dar justificación a las revueltas no está loco. Al menos no lo que todos entendemos por loco. No demos cancha a las campañas de difamación y deterioro que como en el caso de Sadam Husein convirtieron a un "aliado y amigo" en enemigo absoluto en pocas fechas para insulto de hemerotecas y mejor coartada de sus enemigos.El poder y su uso absoluto permite que se desarrollen algunas características generales en todos los sátrapas, desde Stalin a Pinochet y desde Franco a Mussolini o Castro. Entre ellas se puede indicar: Hipertrofia del yo, narcisismo, megalomanía, escasa tolerancia a la crítica y ausencia total de autocrítica. A esas beldades se añaden un fanatismo desmedido, maniqueo, violento, sensación de singularidad casi divina y un vivir fuera de la realidad que al final se demuestra como terrible.En su ámbito cercano esas características se traducen en el culto a la personalidad ya que Gadafi se ha cuidado de evitar que el ejército tuviera suficiente poder como para derrocarle y ha convocado a una camarilla cercana jaculatoria e interesada, con la que comparte algo de influencia, que es la que financia, con el dinero de los libios, los ejércitos de mercenarios que le apoya sangrientamente en estos momentos de rebelión.Gadafi tiene necesidad psicológica de pasar a la historia, de ser visible, de ser un referente mundial, de que se le considere el liberador. Y para poder dar esa imagen revolucionaria y actual es necesario permanecer joven y atraer la opinión pública: seguir siendo el agresivo comandante que expulsó al rey Idriss y ha apoyado con fe la revolución mundial. De aquel tiempo, hijo de las cenizas de la segunda guerra mundial, quedan solo sus excentricidades: su ejército de doscientas vírgenes, y su amor por el botox y el tinte de pelo y el discurso que en teoría iba a llevar a los libios a su estela tras la contaminación de la revuelta en Egipto y que ha quedado en la anécdota delirante de decir que tras la revuelta en Libia están los jóvenes drogados y Al Qaeda.Es la historia de otro dictador, otro agresivo muñidor de vidas, otro megalomaniaco excelente, otro asesino de su pueblo.Delenda est Gadafi. Recuerdos del día de mañana.Imagen: http://3.bp.blogspot.com/-5xPWYj7m6hA/TWd1_eeDd4I/AAAAAAAAEcw/j6XAj64qHdY/s1600/24feb11.jpgDespierte el alma dormida, avive el seso e despierte.
A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar.
Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.