Revista Cultura y Ocio
DATOS TÉCNICOS:
DELICIAS Y SECRETOS EN MANHATTAN
(Delicias y secretos en Manhattan, 2011) Olivia Ardey
Editorial Éride
Colección Letra Eñe
© Montserrat Yedra Adell ( Olivia Ardey), 2011
© Éride ediciones, 2011
1ª Edición, Septiembre 2011
Género y tags: Novela, novela femenina, Nueva York, Literatura española
ISBN: 97884151608878
431 Páginas
ARGUMENTO:
Laura McKerringan-Montero es una joven heredera bostoniana. En 1919, las mujeres, sobre todo las de la clase alta, tenían programado su destino que no era otro que el casarse con un hombre de su condición social. Pero Laura no quiere esta vida porque tiene un sueño: aprender alta repostería con uno de los profesionales más importantes del momento que trabaja en el Hotel Taorima, en Manhattan. Así, con la excusa de que quiere aprender francés, consigue el permiso paterno para ir a la Gran Manzana durante 3 meses. En este tiempo, entra a trabajar como camarera en dicho hotel. Pero Nueva York no significa para Laura sólo trabajo, también está muy relacionado con el amor, puesto que allí conoció a un hombre muy especial: Kenneth Callahan. Cosas del destino, él no va a ser otro que el nuevo jefe de Laura, ¿qué ocurrirá entre ambos? Bueno, hay que leer la novela, donde la Ley Seca y el ambiente del Nueva York de los años 20 está muy presente.
MI OPINIÓN:
Tuve la suerte de leer esta magnífica novela hace un par de semanas. La primera reseña la publiqué en una revista literaria que NADIE debería perderse ni dejar de leer: Anika entre libros. No es porque yo colabore en ella, es que es extraordinaria a todos los niveles, especialmente en la labor que hace de difusión de la lectura ( Anika se merece una entrada especial y pronto se la haré).
Ahora, ha llegado el momento de editar la opinión en el blog para que llegue a más gente.
Ya lo he comentado en otras ocasiones, hay novelas románticas y novelas románticas. Novelas que son meros pastelones rosas y novelas con las que, aparte de vivir una intensa historia de amor, te das cuenta de que tienen un gran fondo literario que les aporta muchísima calidad. “Delicias y secretos en Manhattan” es un magnífico ejemplo de esto último. Una novela con todo lo que se ha de tener, especialmente una gran pluma dándole vida.
La novela ha sido escrita por Olivia Ardey, pero que el lector no se confunda, no es una autora anglosajona ni norteamericana, sino española y, para ser más exactos, valenciana- y, además, un encanto de mujer. Muy humana y simpática-. Esta es su segunda novela, hace un año (creo) ya editó otra novela titulada “Dama de tréboles” que fue editada por La Esfera de los Libros. Ahora es Éride la encargada de dar a conocer su última novela “Delicias y secretos en Manhattan”, relato que hace las delicias de cualquier lectora (y lector) apasionada por la buena literatura romántica, sobre todo la que está bien escrita. Esa novela que, mientras la estás leyendo no sólo te hace vibrar con una historia sino que aprecias claramente que tiene una sólida base literaria.
Yo he disfrutado leyéndola; desde el inicio Olivia ha sabido cómo captar la atención del lector y, lo más importante, consigue que éste/ésta se meta en la piel de los protagonistas (en mi caso en el de Laura) llegando a sentir lo que ella siente. Y ello ha sido posible porque todos los personajes están muy bien construidos. Destaca el de Laura porque es la protagonista, una joven bostoniana que tiene las agallas suficientes para enfrentarse a la sociedad del momento (estamos en 1919 y para las damas de la alta sociedad bostoniana no todo estaba permitido y bien visto) para cumplir su sueño. Este deseo de libertad es lo que más me ha fascinado de ella, su empeño, su no desfallecimiento. Me encanta cuando las protagonistas son mujeres valientes que no se conforman ni quieren ser “damiselas de la diadema floja” sino mujeres que manejen su destino y sus vidas. Hoy puede parecernos fácil, pero aún en sociedades como la bostoniana o la neoyorkina de principios del siglo XX las cosas no eran tan fáciles para la mujer y menos para las de la alta sociedad que estaban más encorsetadas por el qué dirán.
También me ha encantado la relación que vive con Kenneth Callahan, me ha parecido el típico romance que aparece en muchas películas de corte romántico, con su dosis de imposibilidad, pero insisto: muy bien construido y escrito, que es lo importante. Olivia ha sabido transmitir la tensión que hay entre los dos y hacer que el lector la sienta, que se ponga en la piel de los personajes y llegue a “sufrir” por ellos, un sufrimiento en el sentido de desesperarte porque ves que están predestinados pero siempre hay algún obstáculo. Importante esto último porque así le da mayor emoción. Hay momentos en la lectura, que no puedes evitar dárles un grito para ver si así se dan cuenta de que deben de estar juntos.
Otro punto, o hecho, que ha influido también para que la novela me haya fascinado ha sido la localización de la historia y la época histórica en la que está centrada: Nueva York y los años 20. Como sucedió con la novela de Silvia Grijalba, “Contigo aprendí”, la buena tarea de documentación se aprecia. Olivia ha conseguido recrear muy bien todo el ambiente que se vivió en el Nueva York de esta época con la Ley Seca, los gángsters, las intrigas, los peligros... Mientras vas leyendo te es muy fácil ir imaginando cada cosa que va narrando. Otro punto en común que he visto entre "Delicias y secretos en Manhattan" y la novela de Silvia Grijalba, es que al igual que María Luisa ( la protagonista de "Contigo aprendí") Laura es de esas mujeres que tienen las ideas muy claritas y que no renuncian a ellas. Qué saben como sacar pecho y luchar por lo que creen sin importarles con quién tengan que enfrentarse. Mujeres adelantadas a su época que no se contentan con una vida fácil y formar parte de su decorado como si fuesen una lámpara de Tiffany's más. Esta personalidad es lo que engrandece y enriquece al personaje de Laura. Es lo que hace que el lector se ponga de su parte desde la primera palabra y llegue a admirarla. Ello ha hecho que, para mí, sea un personaje no sólo entrañable sino muy rico, perfectamente dibujado. Con una personalidad propia. No es un personaje frío ni plano.
Olivia Ardey tiene un estilo narrativo que permite al lector imaginar y visualizar lo que está narrando. Es un poco cinematográfico, lo que considero muy positivo. Este estilo permite que el lector se adentre aún más en la narración. Es de esas novelas que atrapan, que te hacen olvidar el mundo que te rodea y pasar fácilmente de El Perelló de 2011 al Nueva York de 1920. Me encanta el estilo de Olivia¡
Así que, como se puede deducir, me ha encantado. Sólo un pequeño detalle, una observación relativa a la imagen de la portada: está bien la fotografía sólo que esa dama es más de los 80 que de 1920; yo hubiese puesto una dama más chic, más charlestton, pero es una observación muy subjetiva que no desmerece la calidad literaria del contenido que, a fin de cuentas, es lo que realmente importa.
Y esta opinión no es sólo mía. La novela está en la Biblioteca ( esta semana la coronaré con el código de barras) y ya lleva semanas circulando en préstamo con un éxito enorme. Cuando me la devuelven coinciden conmigo en su valoración. Y yo me pongo muy contenta porque la novela lo merece. Creo que Olivia es una autora como la copa de un pino y que debe ser conocida y reconocida.
Olivia Ardey