Magazine

Delirio existencial

Publicado el 31 enero 2014 por El Perro Patricia Lohin @elperro1970

tumblr_mzpptnpKa71qzq84io1_r1_1280

Foto : Facie Populi

Viernes que araña el mes de febrero. El sol se cuela por todas partes furiosamente, aprovechando los espacios que dejé abiertos para que entre aire fresco. Me despierto con una energía desconocida. Seguramente la dosis de chocolate de la noche anterior está circulando aún por mis venas.

Veo un leve desorden del día anterior y lo evado. Sigo el ritual de cada mañana, desayuno acotado por la “dieta nuevos propósitos del año nuevo”, zapping entre series yanquis con carcajadas de fondo, paneo rápido en la notebook por los principales medios nacionales de mi incumbencia.

La presidente tuvo una mala noche, necesitó hacer catarsis nacional por medio del Twitter. La comprendo. Cualquier pelagatos hace catarsis por las redes sociales. Está en todo su derecho. La imagino en bata, tal vez acostada con una netbook del  plan social “Conectar igualdad”, mirando, escuchando, sondeando qué dicen de ella.

Festejo ser una desconocida. No soportaría que se estuviera hablando de mi persona todo el tiempo. Aunque  no preocuparme por mi economía no me vendría nada mal.

Siguen apareciendo los titulares despiadadamente y sin anestesia. Esquivo news sobre el efecto “tango dólar”.

Gente que desaparece y aparece, viva o muerta.  Asesinatos. Accidentes. Incendios forestales. Gente extraviada. Me convenzo dos décimas de segundo que estamos todos perdidos o a punto de desaparecer.

Recapacito. Nunca pensé esas barbaridades ni las volveré a contemplar siquiera.

Los manteros del barrio de Once que si no les dan la vereda para comercializar ilegalmente que les busquen un lugar.

 Todos chillan. Todos reclaman. Usurpan y que después los compensen por usurpar con una casita blanca en un barrio de viviendas sin veredas.

Me agoto física y mentalmente.

Leo en algún lugar que los chinos no persiguen la felicidad, sino la armonía. De lejos parece que los chinos tienen un millón de problemas, como nosotros. Pero la teoría de lograr vivir en  armonía no me parece descabellada.

Ya miro mi día de trabajo con sobrado pesimismo. Cometí un error al desayunar tan pesado de información.  Un desayuno americano con huevos revueltos y “bacon” me hubiera caído mejor.

La buena noticia es que mi auto ya casi vale cien mil pesos. Sumando el valor de mi casa casi soy  millonaria! Todo sin aplicar los consejos de Robert Kiyosaki.

Me desapego de los editoriales.

 Tomo una ducha intensa para revivir mis rulos y mi alegría extraviada.

Elijo mi pantalón verde de la suerte y una blusa blanca. Apenas si acomodo superficialmente mi cutis y paso por debajo de un rocío de un perfume liviano y fresco.

El día anterior no estuve tan iluminada, ni el anterior del anterior.

Ya en el auto saco un Cd de una vieja colección de música para viajar. Sorpresa! Bob Marley canta Is this love.

Empiezo a reír como la loca que soy. El verano baila en el asiento del acompañante, mientras bajo el vidrio y dejo que me pegue el sol en la cara, observo las calles de mi barrio mientras acaricio las veredas con mi música a todo volumen. No manejo, vuelo.

En una misma cuadra un señor mayor lucha para completar algunos metros con un artefacto de cuatro patas; mientras un joven albañil, con su torso desnudo y una fuerza demoledora, prepara una mezcla en la hormigonera.  Pienso que podría ser el mismo hombre en dos diferentes etapas de su vida.

Sigo regenerándome cuadra por cuadra.

La recuperación es cada vez más rápida. Antes cualquier delirio existencial que sudara pálidas, duraba una semana o más. Ahora noto que refloto con mayor velocidad. Serán los años, o el pantalón verde, o el nuevo año chino que empezó ayer.

Oh sí, el perrito ve venir al caballo y mueve la cola!

0.000000 0.000000

También podría interesarte :

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Quizás te interesen los siguientes artículos :

Sobre el autor


El Perro Patricia Lohin 400 veces
compartido
ver su perfil
ver su blog

Dossier Paperblog