**El demagogo**
Que fulanito piensa que además del ataque de orgullo y decencia que le ha entrado, July podía ser más macho y menos infantil, que para ser torero hay que ser más chulo que un ocho y a éste le faltan, como a los naipes, siete y media, y que su actual postura no llega a la suela de las zapatillas de la altanera torería de Dominguín cuando, mosqueado, cogió la puerta en Bilbao por negársele el capricho de matar la de Miura: fulanito es un demagogo; que insinúa que los ases de antes mataban más sangres que las figuras de ahora: demagogo; si piensa en voz alta que en otros tiempos lo que saltaba a los ruedos era más Toro, más todo, que los mazapanes cuatreños de los nuevos tiempos: demagogo; que se le ocurre mentar con melancolía y pelusa la grandeza de Lagartijo, Joselito o Belmonte: demagogo; si habla maravillas de un festejo donde cristo perdió el mechero, con unos torerillos honrados y media docena de bichos cuyas intenciones nada más salir por toriles era sortear un entierro del Ocaso con todos los gastos pagados: demagogo; si reflexiona sobre la valía y el poco respeto que se le tiene a Sánchez Vara, con su pinta de torero de no do y carta de ajuste, y alaba su pavorosa encerrona en Cenicientos -que haría que los asesinos en serie encerrados en Alcatraz prefiriesen la silla eléctrica- y que va a hacerse con hierros de Miura, Dolores, Adolfo, Prieto de la Cal, Guardiola más otro que a falta de confirmación oficial parece que Cuvillo no es: demagogo.
En los toros, el término demagogia es utilizado como una larga saya, con la que unos cuantos espabilaos han emperifollado a la señora tauromaquia, una vieja roñosa de asilo y monja que tantos años después sus hijos no reconocerían. Con su empleo pretendían tapar las vergüenzas de la anciana, disimular su decrepitud, cubrir unas carnes que alguna vez fueron bellas, fingiendo que nunca hubo una lozana juventud, que siempre fue así. A fuerza de días y ollas, la fina tela del sayón se ha ido deshilachando, desgastada por el roce de la mentira, al punto de que la pedante sociedad le está viendo, con cara de asco, a la vieja el potorro.
La verdadera demagogia es menospreciar una historia, un animal que es mito y un tipo de aficionado que para sí quisieran muchas artes, todo por defender y fomentar no se qué valores de nosequémaquia.
**Los Grandes Retóricos**
"Los toreros que formamos parte del llamado G10 decidimos unirnos el pasado año para asumir un ejercicio de responsabilidad con el porvenir de la Fiesta. Entendíamos que estaba amenazada y que nuestros deberes con ella exigían una respuesta. Teníamos que reflexionar y hacer autocrítica. Debíamos intervenir para evitar el peligro del aislamiento."
Comunicado del G-10
a 30 de enero del presente
Manzanares, Morante, Ponce, Cayetano y Talavante se autodescartan para Pamplona. July fuera de Sevilla y Valencia, por ahora. Morante en las Ventas: sólo una y será la especial de Beneficencia. Sin noticias de que se apunten a matar algún festejo en la Catalunya taurina -Cèret-, que este año no toca defenderla, que es bisiesto. En Olivenza lo han revantao; Cantalejo tendrá su año Xacobeo si torea Morante, con un montón de peregrinos haciendo el camino con la promesa de que en la meta les atizará con el botafumeiro que esparrama la peste ésa del arte; a la tradicional de Brihuega, ya han dicho sí; y a la Goyesca de Ronda lo harán en su tiempo.
La reaparición de Padilla, uno de los aconteceres del año, no se ha dado en una triste autonómica. Está igual de claro, o sea, nada, que TVE vuelva a dar toros, tal y como estábamos en el abominable Ministerio del Interior. Y para más inri, después de más de veinte años es posible que San Isidro, la champion de los pitones, sólo sea coto de los veintitantos mil que tengan un asiento de cemento.
**El facha**
Está muy de moda ultimamente que los bienpesantes, mentes preclaras en extravagancia y beatería, que ven con esperpento y no dudan en atizar con el latiguillo de facha a los que nacieron torcidos por no besar por donde quiera dios que pisen ellos, monten a diestro y siniestro y por cualquier tontería, sus propios tribunales de la Inquisición 2.0. Así, hemos visto sentencias que penaban con el matadero o la lechería a las casas de Miura, Prieto de la Cal o Adolfo, y que se han podido leer en esos medios de comunicación que son a Garcigrande lo que el Sport al Barça, un contubernio progre para el hambriento de convicciones, en el que eres un facha que te rilas si eres miurista -que es el mourinhismo en los toros, o el mourichismo, que dirían algunos-, y un sensato ciudadano de bien si te pirras con el tiqui taca de los cuvis, que de modo análogo a cuando juegan a la pelota los bous bajitos del seny, nos inundan las tardes con triunfos basados en la humildat de sus toretes en la presentación, alimentando el inquebrantable ascenso de la pose sarasa al edén de la elegancia, mientras que el tiqui taca de derechazos y circulares es jaleado por los ultras entre los desmayos elegiacos de los negritos mulatos, como los indultados Dani Alves o Arrojado.
Si ser facha es que te ilusionen todo tipo de toros, hacer mil kilómetros de ida y mil de vuelta por ellos; que te entren en la cabeza toreros que no saldrán ni en el Cossío, los mismos que los no-fachas utilizan sólo como elemento de mofa, a pesar de que las cornadas de uno solo de sus muslos dupliquen las que luce en su cuerpo de adonis el ídolo no-faccioso; si ser facha es entrar en trance, como poseído por el espirítu de un legionario pecholobo, y formar en el tendido en posición de firmes, con un arrebato de abyecta locura y los ojos inyectados en sangre cuando alguien menta a Antonio Bienvenida, que algún lector indique donde hay que apuntarse, en que escuela-taller se imparte o que cursillos hay que hacer para meterse a facha, que francamente debe de estar bastante bien.