Un creador que dota de vida al monstruo en pos de fama imperecedera, siendo el resultado de su ambición algo demasiado horrible como para no huir de la propia obra. Un monstruo que no es tal y que recibe el rechazo de la especie humana con el dolor más amargo; un ser que desespera por ser amado, sufre una existencia que no pidió y que acabará por recurrir -muy humanamente- a la violencia como vía de escape y transmisión del odio que siente hacia sí mismo y hacia cuanto, rodeándole, le está vedado. Frankenstein y su criatura, víctimas de un destino fatídico y, a un tiempo, los monstruosos responsables de un dolor inenarrable.
Una lectura de romántica tragedia, contada por la más joven Mary Shelley a través de las voces de mártires y verdugos. Solo a quien se adentre en sus páginas corresponderá determinar el papel que cada cual interpreta.