Puede resultar extraño realizar esta comparación, pero es más necesaria de lo que parece. En ocasiones, la depresión presenta síntomas neuropsicológicos similares a los de la demencia incipiente, por lo que es muy importante poder realizar un diagnóstico diferencial entre ambas cosas.
La demencia, en general, se puede definir como un síndrome adquirido debido a una disfunción cerebral que produce una desintegración persistente de la conducta intelectual y emocional, alterando la función social y laboral de personas que no presentan alteración del nivel de conciencia.
Esta definición, por sí sola, no nos dice nada. Los síntomas concretos que aparecen en la demencia dependerán de su tipo, como puede ser la alteración de memoria en el Alzheimer, las alucinaciones en la de Cuerpos de Lewy, entre otras.
La depresión podría ser definida como un trastorno del estado de ánimo, constituido por un conjunto de síntomas, entre los que predominan los de tipo afectivo (tristeza, desesperanza, apatía,...) y se pueden presentar también síntomas de tipo cognitivo y físico.
La depresión, en su propia definición, indica que podemos encontrarnos con algunos síntomas de tipo cognitivo. Algunos ejemplos de estos síntomas pueden ser:
- Lentitud motora y en el recuerdo.
- Dificultad para mantener la atención y la concentración.
- Pérdida de interés por el entorno, que puede ocasionar amnesia de evocación (dificultades a la hora de recordar), dificultades de orientación temporal y espacial, lentitud y pobreza del lenguaje, descuido personal o pérdida de habilidades sociales.
1. ComienzoPor norma general, el comienzo de una demencia tiene lugar de forma insidiosa; esto es, aparece de forma progresiva, lo que genera dificultad para indicar un momento preciso a partir del cual comenzó el problema. En el caso de la depresión, el inicio de los síntomas puede establecerse con mayor precisión, puesto que es más abrupto.
2. EvoluciónTambién de forma general, la evolución a lo largo del tiempo de los síntomas es rápida en el caso de la depresión, empezando, como he indicado, de forma abrupta e incrementando su relevancia en poco tiempo. Sin embargo, cuando se trata de una demencia, los síntomas evolucionan de forma lenta, lo que origina esa dificultad que antes comentaba para poder establecer un momento preciso a partir del cual se iniciaron.
3. Quejas cognitivasIgualmente, de forma general, cuando la persona está afectada por un trastorno del estado de ánimo (depresión), manifiesta abiertamente y de forma consciente que le falla la memoria. Aparecen, por tanto, quejas cognitivas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la demencia no se inicia con quejas cognitivas por parte de la persona afectada, que se puede mostrar menos consciente de sus síntomas (lo que se denomina anosognosia).
4. Memoria afectadaEn cuanto a qué tipo de memoria se encuentra afectada en un caso y en otro, las personas que tienen síntomas cognitivos relacionados con la depresión tienen dificultades para recordar eventos recientes y pasados (se ve afectada le memoria reciente y remota). En el caso de una demencia incipiente, la memoria que principalmente se ve afectada es aquella de tipo reciente (dificultad para recordar hechos recientes, pero gran habilidad para recuperar eventos de su vida pasada). Esta distinción se puede realizar, sobre todo, en el caso de la demencia tipo Alzheimer.
5. Respuesta en las evaluacionesAnte las exploraciones neuropsicológicas, las personas con depresión responderán ante las preguntas "no sé", "no puedo", reacción debida a su apatía y falta de motivación. En el caso de la demencia, sin embargo, la persona responderá de la forma que cree correcta, mostrando fallos en aquellas dimensiones afectadas.
A pesar de que estas claves pueden sernos de gran utilidad, es importante tener en cuenta que se trata de generalizaciones, por lo que cada caso individual puede variar y no regirse exactamente por lo indicado.
Por último, un aspecto importante a tener en cuenta cuando hablamos de las relaciones entre depresión y demencia, es que, en ocasiones, las primeras manifestaciones de una demencia pueden tener lugar a través de alteraciones del estado de ánimo (depresión).