Velázquez no fue un gran pintor de filósofos como lo fue José Ribera. Ello hace que este Demócrito de Ruan tenga más valor añadido si cabe.
Demócrito, el filósofo que ríe, es una figura de tal complejidad que desafía los pinceles de cualquier artista: ¿Cuál es la razón de su risa? ¿Cómo expresarla? Ante Demócrito no podemos permanecer indiferentes, le tenemos que rehuir la mirada, esa risa nos desarma, es abisal.

Es probable que una de las fuentes de Diego Velázquez sea un Demócrito de Rubens que forma parte de los fondos del Prado. El tratamiento de uno y otro marca las diferencias: la serenidad de Velázquez concentra todo el impacto en la risa y en la mano que levita detenida a cierta distancia del mundo, mientras que en Rubens la fuerza sobrecogedora queda algo diluida.
La colocación del cuadro en Ruan en un lugar destacado y de transición nos facilita verle una y otra vez, como una aproximación que amortigüe el choque.
