Ayer se publicó en el BOE, con el eufemístico nombre de “Medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del sistema nacional de salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones” un Real decreto que continúa la senda ya iniciada de demolición del sistema público de sanidad.
El Real Decreto introduce elementos ya anunciados como dejar sin asistencia sanitaria básica a las personas inmigrantes sin papeles, lo que va en contra de toda lógica de políticas preventivas de salud e introduce elementos discriminatorios contra las personas vulnerando los derechos humanos. La utilización de la xenofobia más bastarda que lleva a la ministra de sanidad a exclamar “la sanidad, para los españoles“, haciendo muy feliz a todos los seguidores de Le Pen que habitan dentro de las filas populares.
Pero se equivocan y mucho los que creen que estas medidas se quedan sólo en la bazofia reaccionaria contra los inmigrantes. Lo que no contaron en ninguna de las ruedas de prensa que han dado es que rompen con el principio de sanidad universal que disfrutábamos en este país, dejando fuera de la cobertura sanitaria a los ciudadanos españoles, mayores de 26 años, que no hayan cotizado a la seguridad social nunca. Esto en un país con el 50% de tasa de desempleo entre la población joven. También deja fuera a los discapacitados que no hayan cotizado nunca y que tengan una discapacidad de menos del 65%.
Es decir, que aquellos jóvenes que no hayan cotizado, deberán pasar por caja para acceder a la asistencia sanitaria.
También, todos los ciudadanos, habrán de pagar, aparte del medicamentazo, las prótesis y los servicios de transporte sanitario no urgentes. Medidas que van en contra de los más vulnerables, que introducen un impuesto a la enfermedad y que empeora considerablemente la vida de los enfermos. Imaginen que va a pasar con aquellos que necesitan transporte sanitario para tratamientos de diálisis o quimioterapias, por poner dos ejemplos. Imaginen que puede significar estas medidas en el mundo rural, donde los servicios sanitarios están a bastantes kilómetros a menudo. E imaginen todo esto en un contexto de pobreza, precariedad y miseria generalizada.
La demolición del estado del bienestar a golpe de decreto-Ley que se está realizando no responde a una cuestión económica, sino a una cuestión ideológica. El Partido Popular aprovecha la crisis para desmantelar el estado y privatizar todos sus servicios, excepto la seguridad y el ejército (de momento), siguiendo las doctrinas marcadas por Milton Friedman introduciendo, de paso, un virus letal para una sociedad, cual es el racismo y la xenofobia mediante el BOE.
A muy corto plazo, lo pagaremos muy caro, cuando veamos los servicios de urgencias, ya de por si saturados por recortes infames, absolutamente colapsados por efecto de estas patéticas medidas, así como la aparición de enfermedades infecciosas que pudieron haber sido prevenidas en los servicios de asistencia primaria. Los virus no entienden de nacionalidad, Sra Mato. Ni de patrias ni de ridículas banderas con las que envuelve su fascista ideología.
Para quien quiera ver cual es el verdadero origen de esta debacle en las cuentas públicas, aquí les dejo tres gráficas, cortesía de @de_camino relativas al gasto en sanidad en porcentaje de PIB, gasto público en porcentaje de PIB y los impuestos, también en porcentaje de PIB.
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