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Una familia residente en una casa de la rúa Esmorga denuncia a una constructora en Salgueiriños por problemas de humedad.
En la urbanización de Salgueiriños, una familia acusa a la constructora La Rosaleda de no querer asumir los defectos de construcción que afectan a los puentes térmicos y cerramientos de la casa que están provocando filtraciones y humedades en el inmueble.
La vivienda fue calificada en el 2006 y, cuando no había transcurrido un año, aparecieron humedades en las paredes del inmueble. Una humedad que afecta tanto a las partes bajas de las viviendas, junto al zócalo, como a las altas y en el entorno de las ventanas y cajas de persianas. En marzo del 2007 levantaron un acta notarial que recoge todos los defectos.
Desde entonces intentaron negociar con la constructora para que asumiera el arreglo de los defectos. No se logró ningún acuerdo. Los informes periciales determinan que la causa de los males es un defecto en el puente térmico y cerramientos. Ignacio Casal, propietario del inmueble, desconoce si la casa tiene efectivamente cámara o, en el caso de tenerla, si está vacía. Recuerda que cuando descubrieron el bajo cubierto se encontraron con objetos abandonados como bidones, botellas y ropa; por lo que teme que las cámaras estén también taponadas y no cumplan su función.
En diciembre del 2010, al no obtener respuestas, recurrieron al IGVS. En un escrito de marzo del 2012, el IGVS les dio la razón pero les dijo que habían transcurrido cinco años y, por tanto, los defectos habían prescrito. Dado que, en realidad, eran cuatro años, decidieron volver a recurrir al IGVS, que reconoció su error y siguió dando la razón al propietario; pero, para mantener su argumento, realizó un cambio en la fundamentación jurídica. Los denunciantes insisten en pedir que la Administración abra un expediente para investigar los hechos.