Este martes 23/10/2012, falleció a los 95 años Wihelm Brasse, preso de Auschwitz, quien salvó su vida gracias a la fotografía, a que hablaba alemán y a la manía de los nazis de documentarlo todo, incluso las peores barbaries.
Tras pasar por trabajos forzados y de cocina, le mandaron como fotógrafo al servicio de identificación. Tras la guerra le perseguían pesadillas protagonizadas por las víctimas de los nazis que tuvo que fotografiar y no volvió a dedicarse a la profesión, “porque los muchachos judíos y las chicas judías se aparecían en flashes constantes ante los ojos”.
En 2005, la televisión polaca realizó un documental sobre la vida y trabajo de Wilhelm Brasse, Portrecista (The Portraitist), dónde el mismo Brasse cuenta la historia de algunas de las fotografías que tomó en Auschwitz.
Cada vez son menos los testigos vivos que quedan del horror nazi, y cada vez más está en nuestras manos que sus testimonios no caigan en el olvido. Seremos los responsables de contarles a las generaciones venideras qué fue el Holocausto. No podemos permitir que sus historias y sus fotografías caigan en el olvido.