Revista Música
ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN. Que hace tiempo que no estoy muy emocionado ante un nuevo lanzamiento discográfico de mis queridos Depeche Mode es algo patente. Como fan de los de Basildon, podría esperarse que siempre estuviera subjetivamente positivado ante cualquier cosa que hicieran los Gahan, Gore y Fletcher, pero intento ser objetivo. Desde la marcha de Alan Wilder y el convulso 1995 en el que Dave se intentó suicidar además de la partida del 4º miembro del grupo, Depeche Mode lo más que han hecho son disco más o menos dignos, pero no buenos. Quizás el último realmente notable fue “Ultra” de 1997, aunque también tiene sus puntos débiles, los cuales le lacran de cara a estar al nivel de la tetralogía previa tan excelsa (“Black Celebration” “Music For The Masses”, “Violator” y “Songs Of Faith And Devotion”).
“Exciter” fue un desastre, a pesar de su buen sonido y producción. “Playing The Angel” de 2005, de alguna forma le pasó algo parecido a “Ultra”, es decir, que por detalles no pasa de ser un disco aceptable, en su caso, de forma más grave, por la producción. “Sounds Of The Universe”, el cual tuvo su reseña (que no post al uso, debido a que fue un artículo con motivo de un concurso de un diario gratuito) por aquí, no pasa de ser un disco cojo y soso.
De alguna forma, los nuevos lanzamientos de Depeche Mode (al igual que los de U2), son un motivo claro para hacer una gira mundial y echar más pasta a la hucha de la jubilación de estos 3 chicos que tanto admiramos muchos. Llega 2013 y se anuncia el lanzamiento de “Delta Machine”. El resultado no es malo, se deja escuchar, y aunque está por debajo de “Ultra” y también quizás de “Playing The Angel” supera claramente al insulso “Sounds Of The Universe” y al petardazo de “Exciter”.
Me atrevería a decir que este disco, de portada (eso sí) lamentable/mejorable (¿dónde están los tiempos de aquellas grandes portadas icónicas?) podría ser la cara “b” total del “Songs Of Faith And Devotion”; no en vano, creo que se ha recuperado algún descarte de la época para incluirlo en el setlist. Quizás peque algo de excesivo en duración o número de canciones, pero tras un generoso número de escuchas prolongadas en el tiempo (quiero decir, escúchenlo durante 3 semanas 1 vez cada 2 días), le sabrán ver el lado bueno. Pasemos a su contenido, a ver qué es lo que contiene.
ANÁLISIS DEL DISCO. 1. “Welcome to my world”: Normalmente, casi todos los últimos discos de Depeche Mode han dispuesto un tema potente en su inicio. Con “Delta Machine” el grupo no abandona la tradición y abre con un tema que avanza en un in crescendo de intensidad que rompe en el estribillo, consistente en el título de la canción “Welcome to my world”, donde Dave y Martin a dúo ponen toda la carne en el asador. No es un mal comienzo, pero ni mucho menos es memorable. Aceptable sin más.
2. “Angel”: El sonido se ensucia claramente en “Angel”. La 2ª canción del disco ofrece a un Dave Gahan muy rockero, con la voz áspera. Dentro de su estructura destacan los parones de intensidad, de sonido atmosférico, que sirven de pausa a esta canción por lo general corrosiva y farragosa en su sonido.
3. “Heaven”: Desde la 1ª vez que escuché “Heaven” se me antojó como una canción más propia de la voz de Martin Gore que de Dave. En todo caso, creo que esta canción lenta y de blues electrónico, no pega ni con cola como 1er. single del disco. En su sonido o producción busca recordarnos al último single glorioso del grupo, aquel “Precious” de “Playing The Angel”. Sin ser un mal tema, le ha caído un marrón y hubiera resultado mejor dejarlo sin la responsabilidad de representar en solitario al disco, quedando como una canción interna y mucho mejor si Martin se hubiera puesto él solito (no solo para los coros) al micrófono. El videoclip tampoco está a la altura de lo que DM han hecho en su historia, haciendo solamente algo de gracia ver a Dave con bigotito parecido a aquel que lucía en los segundos finales del clip de “Behind the wheel”.
4. “Secret to the end”: Con “Secret to the end” estamos ante un claro ejemplo de sonido “Songs Of Faith And Devotion”. Sería una especie de hermana menor de “Rush”. No está mal en su conjunto, pero estimo que remata muy mal el estribillo. Las estrofas y el puente son realmente acertados, quizás de los mejores pasajes de “Delta Machine”, pero el estribillo, aparte de tener poca chicha, se carga la canción. Su sonido oscuro y lleno de potencia en un punto a su favor, pero es una pena que esta canción no la hayan sabido perfilar mejor en su totalidad, ya que podríamos estar ante un temazo y nos quedamos en un tema que simplemente destaca dentro de este disco al que pertenece.
5. “My little universe”: A día de hoy, quizás mi favorita del disco sea la sencilla, minimalista y orgánica “My little universe”. Me gusta mucho porque Depeche Mode aquí se dejan de recargar su sonido y apuestan por lo reducido e íntimo. Igual que a muchos les gustó en su día “World in my eyes” por sus ciertos sonidos o notas directas algo retro (a pesar de sus arreglos solemnes puntuales), “My little universe” destaca claramente por su raquítica instrumentación. Con lo justo, Depeche Mode sellan una canción curiosa, algo hipnótica y que demuestran que aún son capaces de sorprender (hacía tiempo que no nos entregaban algo así).
6. “Slow”: Lo que no podemos negar a “Slow” es que su título le va que ni pintado a su sentir. Esta canción, lenta, en una vuelta al blues electrónico que ya hemos vivido en “Heaven”, media el disco con desgana, vaga sensualidad (transmitida en vano por David al micro) y nos emplaza para una 2ª mitad donde sobre todo al término del disco la cosa va a repuntar más de lo que hasta el momento nos podríamos imaginar. “Slow” es un tema prescindible que en otros tiempos hubiera sido cara “b” del 3er. o 4º single extraído de los discos de los años de gloria. No es un caso de sonido ridículo (como sí sucedía con alguna canción en “Exciter”), pero a una formación con Depeche Mode, con un tío que ha demostrado ser tan brillante componiendo como Martin Gore, hay que exigirla más.
7. “Broken”: “Broken” mejora algo el legado que ha dejado su predecesora “Slow”, pero muy levemente. En el apartado vocal, aunque Dave se muestra a ratos gravísimo en sus registros (cosa que me gusta) no es muy memorable, pero hay algún detalle en el apartado instrumental que sí considero válido. El cambio al estribillo no me gusta mucho, la verdad, ya que se transmite una cierta luminosidad que contrasta de forma algo chocante con el resto de la canción. 8. “The child inside”: Con “The child inside” Martin se anota un buen tema para su interpretación vocal. Mejora en este apartado a aquellas 2 piezas que Gore cantó en “Playing The Angel”, por lo que en este apartado “Delta Machine” se anota un tanto. No llegamos al nivel de una “Home”, el último gran momento de Martin como voz principal, pero la canción es muy digna. Agrada sin más y se le puede considerar un correcto tema interno de disco, no siendo un relleno sin más. Por otro lado, “The child inside” nos abre el camino a un tramo final del disco que es bastante aceptable.
9. “Soft touch/raw nerve”: De las canciones sucias e intensas del disco, mi favorita es “Soft touch/raw nerve”. Nadie puede negar que Depeche Mode en la última década han tenido gusto por virar al sonido rockero con tintes electrónicos, con algunos momentos que no han sido del todo acertados. Sin embargo, en esta sucia y agria canción, me gusta mucho el malditismo que transmite Dave al micrófono, el cual creo que modula su voz en distintos tonos a lo largo de su duración de forma magistral. Sin ser nada del otro mundo, siendo objetivo, me gusta y mucho. Una de mis favoritas del disco en estos momentos en los que escribo este post. Quizás el sonido retro de algunas de sus bases jueguen su papel favorable en mi subconsciente para escuchar a esta canción con buenos oídos.
10. “Should be higher”: Tras un cierto número de escuchas también me ha terminado por agradar “Should be higher”. Reconozco que me gusta mucho su estribillo, de intensidad notable, con Dave en unos registros vocales elevadísimos, casi inéditos en su trayectoria como cantante. Al contrario que le pasaba a “Secret to the end”, aquí considero más flojas las estrofas y puentes. El estribillo es quizás uno de los mejores en su apartado del disco; transmite oscuridad y melancolía a partes iguales. De primeras, ya les he dicho, quizás no les llegue, pero con el tiempo descubrirán sus partes buenas.
11. “Alone”: Entre los fans casi está consensuado que “Alone” es una de las mejores cosas que nos ha regalado “Delta Machine”. No se asusten, no voy a ir en contra de las mayorías. “Alone” también me gusta. Es contundente, rotunda y oscura. La letra no está nada mal. El halo derrotista que transmite es ciertamente encantador y aunque su atmósfera resulta claramente opresiva, es claro que en sus objetivos ha conseguido un éxito notable. Esta canción produce una sacudida clara y tiene trazas de gran canción. Sería un clásico de Depeche Mode si se hubiera arreglado o pulido algo mejor, pero ya en su forma en la que ha sido editada es notable. No me negarán ustedes la herencia del sonido que “Songs Of Faith And Devotion” ofreció en 1993, ¿verdad?
12. “Soothe my soul”: “Soothe my soul” ha sido escogida como 2º single. Personalmente me recuerda mucho al sonido de “Personal Jesus”, aunque un buen amigo me comentó que a él le recordaba a “Just can’t get enough”. Esta canción supuso un buen momento de risas en una velada urbana nocturna de mediados de agosto y ya solamente por eso, ya que pasé un buen rato, le tengo algo de cariño (en aquellos momentos me dio por imitar de forma muy arrastrada y rasgada el estribillo de la canción). La considero un single aceptable, mejor que “Heaven”. No podemos negar que es directa y de mensaje sencillo. El videoclip, en blanco y negro, también mejora al de “Heaven” y ha tenido su difusión más o menos razonable en Kiss Tv, prácticamente uno de los pocos referentes audiovisuales que tenemos a día de hoy más allá de internet. Lo que nadie puede negar es que en directo “Soothe my soul” funcionará y bien. Yo, personalmente, lo comprobaré el próximo 18 de enero de 2014 en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Ya les contaré. De momento, su versión estudio no me disgusta.
13. “Goodbye”: Tras 5 canciones más o menos válidas, el grupo termina con “Goodbye”. Una canción con título de perogrullo para finalizar con “Delta Machine”, que resulta algo estridente en su estribillo, con unos desaforados coros de Martin (marca reconocible de la obra en muchas de sus canciones, cosa que comentaré a continuación en las conclusiones). Estamos ante un tema de esos que no molestan, pero que no emocionan en demasía y más tras haber vivido unos pasajes bastante mejores durante los últimos minutos. Y aquí termina “Delta Machine”. ¿Qué les ha parecido? Yo ahora les dejaré mis conclusiones en la 3ª y última parte del artículo, aunque básicamente abundaré en lo que ya les he apuntado en la introducción con alguna cosilla más a escudriñar.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES. En el plano comercial y de repercusión, quizás “Delta Machine” sea el disco que menos eco ha producido de los últimos lanzamientos de Depeche Mode; menos incluso que el tibio recibimiento que tuvo “Sounds Of The Universe”. Como ya he apuntado, los discos de Depeche Mode ofrecen su punto más positivo en el hecho de que conllevan gira mundial para poder verles en directo, más allá de que haya piezas que puedan merecer la pena. Quizás “Heaven” como 1er. single haya sido una opción errónea. “Soothe my soul” es más directa y hubiera funcionado mucho mejor.
En el plano musical, chirrían algo la presencia tan notoria de los coros de Martin. Estimo que hubiera sido mejor concederle la interpretación de “Heaven” en solitario y dejar hacer a Dave su trabajo bien hecho, salvo en ocasiones puntuales, ya que los coros de Martin normalmente han funcionado bien, lo que pasa es que en este disco se ha pasado un poquito.
Destaca también que el disco no incluye instrumentales prescindibles como en anteriores entregas, cosa que se agradece. Sin embargo, a pesar de que la producción es ligeramente mejor, creo que se podrían haber pulido mejor las composiciones. Ello sumado a un número algo más reducido, es decir, una criba un poco más exigente, hubiera dado lugar a un disco que podría ser al menos medio punto mejor. Por cierto, tengo la edición normal, por lo que no les puedo hablar de los bonus tracks.
Depeche Mode han buscado recuperar parte del sonido intenso de “Songs Of Faith And Devotion” en la mayoría de espacios de “Delta Machine”; a ratos lo han conseguido, pero en el conjunto global este nuevo disco está muy lejos de aquel incomprendido (en su día) trabajo de 1993. Con “Delta Machine” nos seguimos haciendo las preguntas de qué hubiera pasado con este material de contar con otro productor y estar aún Alan Wilder en el ajo y esto es indicativo de que el resultado no nos hechiza como sí lo hicieron trabajos anteriores. Veremos cómo funciona en directo el contenido de este álbum, yo me atrevo a pronosticar que bien, pero ya habrá turno para comentarlo más adelante. “Delta Machine”, al igual que Sick Boy decía de Lou Reed en solitario en “Trainspotting”, no está mal, pero tampoco es la hostia. Pues eso.