Hoy vuelvo a hablar de tecnología y no porque me haya comprado el último número de la revista “Internet para frikis” sino más bien por lo que ayer sucedía en los teléfonos móviles de una determinada compañía. Si fuera un periodista sensacionalista, podría hacer referencia a que ayer los smartphones de la marca Blackberry se volvieron locos y emitieron un zumbido que convirtió en zombies a todos sus propietarios como relatara en su día Stephen King en su libro ‘Cell’. Y la verdad es que esto no pasó, pero casi.
El fallo que sufrió la compañía canadiense BlackBerry afectó a Europa, Oriente Medio y África y desde las 10 de la mañana, hora canaria, la conexión a internet o a las diferentes plataformas de comunicación fue imposible. Y es curioso que hasta pasadas las cuatro de la tarde, nadie supiera que pasaba y fuese a esa hora aproximadamente cuando la compañía indicara que estaban teniendo un fallo en el sistema que estaban intentando solucionar. Pero nada más.
Y digo yo que si hubiesen dicho de qué fallo se trataba seguro que más de un informático les habría ayudado indicándoles que reiniciaran la computadora encargada del sistema de datos de los smartphones. O habrían evitado que algún canal de televisión no lanzara mensajes alarmistas indicando que este era el comienzo del fin del mundo.
Y fíjense que quizá una tontería como ha podido ser una avería de nada sí ha provocado medio caos en medio mundo, y digo medio caos porque la otra mitad de terrícolas poseen un Iphone. Lo que demuestra lo necesario que se ha vuelto tener internet en el móvil. Así que por culpa de lo sucedido ayer, seguro que España vuelve a estar en recesión por no poder Zapatero mandarle por email desde su Blackberry a Merkel, el nuevo paquete de medidas de ajuste. O los de Eta al ver que tras mandar a la prensa un whatsapp con un mensaje de alto el fuego a través de sus móviles y este no salía publicado en prensa al final no dejan las armas.
Pero lo más preocupante es la dependencia que ha generado el tener internet en el teléfono ya que en cualquier momento podemos hacer lo que antes sólo hacíamos con el ordenador de la oficina y en horario de trabajo. Ahora lo hacemos en la oficina y en horario de trabajo pero con nuestros móviles. Y el que este lunes los smartphones de la determinada marca se convirtieran en simples teléfonos, solo para llamar y recibir llamadas, nos hizo recapacitar en lo que sería volver a la edad de la tecnología 0.0, o sea, un gran atraso. Y ya nos avisó Epicuro de Samos al afirmar que “La necesidad es un mal, por lo que no hay necesidad de vivir bajo el imperio de la necesidad”.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…