Revista Psicología

Dependencia emocional: Claves para detectarla

Por Centro Psiconet

Antes de aventurarnos a responder, primero tenemos que preguntarnos qué es la dependencia emocional, ya que no es un término tan habitual como la ansiedad o la depresión.

Cuando hablamos de dependencia emocional nos referimos a un patrón persistente en el que toda la atención se centra en nuestra pareja y en la búsqueda constante y desmedida de su afecto.

¿Por qué lo que en principio parece positivo se trata de algo desadaptativo?

Porque en la dependencia emocional ni nuestras demostraciones de afecto ni las de nuestra pareja son nunca suficientes, por lo que vive en un estado de permanente frustración y con la creencia de que nuestra vida sólo tiene sentido teniendo pareja.

Características habituales

Las personas con dependencia emocional están ancladas a la idea que representa para ellas una relación amorosa. Más ancladas incluso que a la pareja en sí, ya que lo fundamental es tener a alguien tan pendiente de ti y que te quiera tanto que te de los buenos días, buenas tardes y buenas noches, al más puro estilo El show de Truman.

Basándonos en el desarrollo que Jorge Castelló ha hecho sobre este tema a lo largo de los años, señalamos las principales características que definen a las personas cuando tienen dependencia emocional:

Prioridad absoluta: Si pudieran, pausarían al resto del universo para pasar más tiempo con su pareja. De hecho, es lo que suele ocurrir. Abandonan la mayoría de sus actividades y desatienden a su entorno, iniciando conflictos cuando amigos y familiares comienzan a darse cuenta de la situación.

Cuando estar juntos no es posible, el móvil comienza a arder: Mensajes constantes, llamadas…

 

– Preocupaciones constantes: Siguiendo el ejemplo anterior, si durante el bombardeo de mensajes telefónicos no reciben la respuesta esperada, se activa la alarma (“No me quiere; Me va a dejar”), por lo que necesitarán comprobar si todo va bien: Decir algo cariñoso y evaluar la reacción del otro, calcular lo que tarda en responder, etc.

 

– Conductas de sumisión o complacencia: Su pareja se convierte en una especie de divinidad para ellos, resaltando y exagerando sus virtudes, justificando sus actos y aceptando casi cualquier cosa. Cuanto más fácil y agradable sea todo, más probable será que su pareja permanezca a su lado.

 

– Miedo a la soledad: Más bien terror. Recordemos que no conciben la vida sin alguien a su lado, llegando a convertir el refrán en “Más vale mal acompañado que solo”, siendo casi inconcebible la idea de terminar la relación. Si acaba, suelen ponerse en contacto con excusas o encontrando a otra persona con la que sentirse protegida o simplemente flirtear, pero alguien.

 

– Dificultades con la autoestima: Esta necesidad de compañía constante suele ir de la mano con un déficit en la calidad de su amor propio, ya que han adquirido su sentido de valía personal en base a los demás. Son frecuentes las ideas irracionales autodestructivas del tipo “No merezco que me quieran”.

Recordando que la base de la dependencia emocional es la existencia de un desequilibrio entre lo que dan y reciben por su insaciable búsqueda de afecto, es

importante no alarmarse si te sientes identificado o estás preocupado por alguien, ya que existen pautas para trabajar la dependencia emocional. Ante cualquier duda no dudes en consultarnos.

Si te interesa saber más información sobre la dependencia emocional y la codependencia pincha aquí.


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