Revista Sexo
El consumo de alcohol por parte de los deportistas no es habitual. Sin embargo, tenemos ejemplos que nos muestran que su consumo no les es ajeno. Valga de recuerdo las imágenes del futbolista de la selección española Xabi Alonso durante la celebración de la Eurocopa 2012 en las calles de Madrid. Pero en este caso nos encontramos frente algo excepcional ligado a un acto de celebración por la consecución de un logro colectivo. Hay ocasiones en las que el consumo se interioriza, como manifestaba el último ganador del Tour de Francia Bradley Wiggins o el futbolista brasileño Adriano, por parte del deportista en tal medida que su rendimiento deportivo se ve notablemente perjudicado y su imagen de una persona de hábitos saludables irremediablemente deteriorada.
En Salamanca, ciudad universitaria por excelencia, es frecuente que cada cierto tiempo algunos de los deportistas que militan en alguno de los clubes más representativos de la ciudad sean más conocidos por sus correrías nocturnas que por su rendimiento deportivo. El último ejemplo lo encontramos en la jugadora americana del equipo de baloncesto de la ciudad, Perfumerías Avenida, Nicole Powell quien tras un rendimiento mediocre y no acorde con su salario ha sido despedida del conjunto charro debido a sus frecuentes juergas. En años anteriores, futbolistas como Iñaki Muñoz que llegó a dejar de ser alineado por su entrenador en los partidos como local para evitar un juicio popular cada fin de semana acerca del escaso rigor profesional del navarro, Mario Rosas o Pedro Botelho que fue encontrado por el presidente del club albinegro en una conocida discoteca madrileña en estado de evidente embriaguez… fueron personajes muy populares entre los habituales de la vida nocturna salmantina. En defensa del ambiente cívico y prudente de las gentes de estas tierras castellanas conviene decir que estos casos no sólo suceden en esta ciudad, sino que, la actualidad de un equipo como el Hércules de Alicantetambién se ha visto salpicada por las salidas nocturnas de alguno de los jugadores de su plantilla. Plantilla en la que, curiosamente, hay varios futbolistas militaron en la Unión Deportiva Salamanca el año en el que el equipo consumó su último descenso a la categoría de bronce del fútbol español: la Segunda División B.
¿Qué busca un deportista en el consumo de alcohol? La respuesta no es diferente a la del resto de consumidores, El imaginario social nos manda mensajes en los que el alcohol es presentado como una buena compañía para los buenos momentos y un buen remedio para superar los malos. Además, el consumo de alcohol y los momentos vendidos como propicios para ello ofrece una vía de escape de las rutinas y la monotonía. Se convierte en un medio gracias al que desviar la conducta. Este mensaje resulta muy estimulante para el deportista que ve cómo su día a día se encuentra muy planificado de antemano debido a las rutinas de entrenamiento y competición a las que debe hacer frente a lo largo de todo el año.
El deportista en muchos momentos de su carrera, se ve afectado por la movilidad laboral por lo que acude a ciudades y entornos nuevos y desconocidos ante los que debe idear estrategias rápidas de adaptación. En algunos casos, la vida nocturna y el consumo de alcohol se vuelven una estrategia muy útil para este propósito pues se convierte en una fuente a partir de la cual ganar confianza para afrontar el día a día en un entorno al que teme porque le es desconocido. Junto a este hecho los propios habitantes de la ciudad no son capaces de identificar y reconocer a su nuevo conciudadano con lo que éste ve cómo el estatus que cree tener y su posición social no son tales. ¿A qué recurrir entonces para obtener una retroalimentación adecuada al éxito social y al estatus que cree poseer? Recurre a la vida nocturna en donde rodeado por sus iguales verá cómo éstos admirarán su posición social, sus ingresos y le colmarán de halagos reportándole el lugar y el prestigio que el deportista cree merecer.
Recurrir al consumo de alcohol como estrategia de adaptación tiene repercusiones directas sobre el rendimiento deportivo. El alcohol como sabemos intoxica nuestro organismo con lo que se pierde fuerza muscular, los movimiento se vuelven más lentos y menos precisos, los reflejos se reducen, la fatiga sobreviene antes y es más difícil la recuperación tras un esfuerzo. Además, funciones como la reacción, la coordinación motora y la capacidad para procesar información se enlentece lo cual produce una caída en picado del rendimiento. Tengamos en cuenta la importancia que tiene para deportes como el fútbol o el baloncesto capacidades como la atención, la creatividad, el autocontrol, la gestión del tiempo… todas ellas capacidades que inciden directamente en el desempeño en estos deportes. El consumo de alcohol puede ser útil como estrategia de adaptación pero va directamente en contra de la capacidad que garantiza su sustento y su estatus: la inteligencia de juego.
ENTRADAS RELACIONADAS“Drogas y Desinhibción: Alcohol contra el miedo” (enlace)“Inteligencia de Juego: Decisiones al instante” (enlace)