Según varias investigaciones científicas, es perfectamente compatible realizar deporte y brindar lactancia materna al bebé, pero con algunos matices a tener en cuenta. Si las madres quieren cambiar de dieta y realizar deporte para perder peso, por un lado, se puede realizar una restricción calórica moderada a través de una dieta equilibrada, sin que ello afecte a la calidad de la leche y al crecimiento del bebé.
Por otro lado, con la lactancia materna establecida, los expertos comentan que en el caso de sufrir sobrepeso, hay que realizar ejercicio moderado un máximo de cuatro días por semana, de forma que el máximo peso que se pierda sea de 0’5 kilos semanales, ello tampoco afectará a la calidad de la leche ni al desarrollo de los pequeños.
Deporte y lactancia materna son compatibles, del ejercicio físico practicado por las madres ya hemos hablado en muchas ocasiones, ya que ofrece muchos beneficios, mejora la calcificación de los huesos, la función cardiovascular, ayuda a perder esa grasa que se ha acumulado durante los nueve meses de embarazo, aumenta la flexibilidad muscular, mejora el sistema inmunitario, etc.
En madres acostumbradas a realizar ejercicio físico antes y durante el embarazo, no hay problema en retomar la actividad de forma moderada tras el parto, y con los días de descanso oportunos, mientras que las madres que no han estado realizando ejercicio y se aventuran a realizar programas intensos, se puede producir una disminución en la producción de leche y además se puede producir una alteración de su composición.
Este cambio en la composición se traduce en la reducción de la concentración de la inmunoglobulina A, un anticuerpo que actúa como defensa inicial contra los microorganismos antes de que puedan acceder al plasma sanguíneo, identifica antígenos patógenos e impiden que éstos se instalen en las mucosas, etc. También se reduce la lactosa o cantidad de azúcar que está presente en la leche de forma natural, en cambio, se produce un aumento del ácido láctico, algo que puede provocar que el bebé termine rechazando el pecho porque la leche se vuelve más amarga de sabor.
Hay que apuntar que estos cambios y riesgos sólo se producen si la madre quiere someterse a un plan de ejercicios que resulta excesivo para ella, pero si se siguen las recomendaciones indicadas al principio, los pequeños cambios que se produzcan en la leche materna serán tolerados por los bebés. Sobre el momento de brindar la lactancia a los bebés, puede ser antes o después de realizar el plan de ejercicios, en este último caso no es necesario esperar unos minutos, pero si es recomendable ducharse, ya que el bebé podría rechazar el pecho debido al sabor salado del sudor combinado con la leche. En todo caso, los especialistas aconsejan que es preferible practicar el deporte después de amamantar al bebé, es mucho más cómodo.
Se puede practicar cualquier tipo de deporte o plan de ejercicios, siempre que estos no sean un riesgo para sufrir algún tipo de traumatismo. El ejercicio debe comprender una parte de calentamiento y una progresión de la intensidad moderada, en el momento que aparezcan signos de cansancio es necesario parar, nunca se debe llegar a tener sensación de fatiga. Los expertos comentan que a la hora de seguir una dieta, esta debe ser rica en hidratos de carbono complejos para poder mantener los depósitos de azúcar, y que cuente con una reducción del 30% de las calorías en forma de grasas.
Así que ya lo sabéis, lactancia materna y ejercicio físico son compatibles pero siempre teniendo en cuenta los puntos indicados, podéis conocer más información sobre esta relación a través de la página oficial de la AEP.
Foto | Christy Scherrer
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