Revista Psicología

Depresión otoñal (I): ¿Existe realmente?

Por Centro Psiconet

El cambio de estación hacia el otoño entraña diferentes aspectos importantes a tener en cuenta: los días son más cortos, más grises, más fríos y más lluviosos. Además, es el momento del cambio de hora y la época que suele estar asociada al final de las vacaciones. Esto repercute en nuestro estilo de vida y nuestra rutina, pero también en nuestro organismo y en nuestra emocionalidad.

Al disminuir las horas de luz natural, hay un cambio en nuestro ritmo biológico, lo que puede afectar en el apetito o en el sueño (por exceso o por defecto). Como estamos menos expuestos a la luz del sol nuestro cerebro genera menos serotonina, un neurotransmisor que tiene mucho que ver con la correcta regulación de nuestro estado de ánimo. Esto se puede traducir en sensaciones de tristeza, desmotivación, apatía, falta de energía, malhumor, dificultad de concentración o disminución del deseo sexual.

Depresión otoñal (I): ¿Existe realmente?

Se producen cambios de estilo de vida, ya que disminuye el número de actividades que hacemos al aire libre y pasamos más tiempo en casa o realizando acciones más sedentarias. Por lo general, tenemos el verano asociado al ocio, al disfrute, a salir más, a pasar más tiempo con amigos… Y la llegada del otoño es como una especie de llamada de atención hacia “la vuelta al cole”. Por lo general, es la época de inicio de estudios, actividades, trabajo… Esto puede producir que a nivel psicológico percibamos algo que, de manera simple, podríamos explicar como la transición de “lo bueno” a “lo malo”. Por tanto, esta percepción afecta también de forma negativa en nuestro estado de ánimo.

No a todas las personas les afecta por igual este cambio, hay personas más vulnerables a ello. Las estadísticas señalan que es más común en mujeres que en hombres. Por norma general, con el paso de los días el organismo se va acostumbrando a esta nueva realidad y los síntomas desaparecen. Si esto no fuera así, sería importante acudir a un profesional, ya que, en ocasiones, estos cambios estacionales son el detonante para la aparición de síntomas menos transitorios que los descritos y dan paso a problemas psicológicos más graves o a un repunte de alguna patología ya presente.

Como vemos, realmente existe una vinculación entre el cambio estacional hacia el otoño y el estado de ánimo, aunque no repercuta en todos por igual. Por ello, debemos ser conscientes de estos cambios y de sus consecuencias para gestionarlo de manera adecuada.

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