Depurar un espacio sin culpa puede ser un proceso liberador y transformador. Para lograrlo, puedes:
Comenzar por lo simple: Empezar por deshacerte de cosas que no son importantes puede ayudarte a trabajar el desapego y a enfrentarte a tu relación con las cosas materiales.
Ser amable contigo misma: Sé consciente de tus emociones y celebra cada pequeño paso que des.
Establecer una rutina: Crea una rutina para repasar y tirar los artículos que se acumulan, como facturas, recibos, agendas, cajas, etc.
Establecer un tiempo límite de uso: Establece un tiempo límite de uso para las cosas que no usas, como prendas de vestir, pequeños electrodomésticos, productos cosméticos, etc.
Reflexionar sobre el resultado: Considera cómo te sentirás después de deshacerte de las cosas que no te están dando ningún valor.
Darle una buena revisada antes de cambiar de espacio: Antes de cambiar de espacio, es mejor darle una buena revisada y depurar.