Revista Cocina

Dermatitis atópica en bebés, niños y adultos

Por Anahigemma @anahigemma
Dermatitis atópica en bebés, niños y adultos

Factores como la temperatura, el grado de humedad y la contaminación ambiental, así como la brusca bajada de temperaturas (típico en las estaciones de otoño e invierno) suele empeorar los síntomas de los niños con dermatitis atópica o eccema atópico, (que para que os hagáis una idea, afecta a más de un 20% de la población infantil en los países industrializados), según SEICAP.

Dermatitis atópica en bebés, niños y adultos

Aunque la dermatitis atópica, no solamente afecta a bebés y niños. Los adultos también pueden verse afectados por esta patología cuyos efectos son la piel seca, el purito, el eritema, la descamación y las costras, en zonas expuestas al sol, pliegues y áreas de contacto.

Vamos a hablar de todo ello en este post con más detalle:

El frío seco deshidrata la piel y es durante el invierno cuando empeoran las personas con piel atópica.

Los cambios bruscos de temperatura (ya sea del calor al frío y viceversa) aumentan el prurito, el rascado y la aparición de lesiones propias de la dermatitis atópica.

Abrigar en exceso a los niños (algo que muchas mamás suelen hacer ante el frío), puede provocar sudoración y agravar los síntomas. (Esto también vale para los adultos)

Se debe prestar atención al roce de las prendas de ropa con la piel porque puede desencadenar brotes de dermatitis o lesiones propias de las pieles atópicas.

Las altas temperaturas de las calefacciones aumentan la sequedad de las estancias interiores y esto también incide en el empeoramiento de los niños porque facilitan que la piel se reseque en exceso.

Se deben airear las estancias y aumentar la humedad de las habitaciones con recipientes con agua en los radiadores. ¡Pero, cuidado! no se debe abusar de los humidificadores porque a veces pueden ser negativos.

Dermatitis atópica en bebés, niños y adultos

El estado inflamatorio asociado causa una hiperreactividad de la piel, que hace que ésta responda ante la presencia de estímulos como el frío, los cambios de temperatura, determinadas ropas, jabones, sudoración, etc. Entre sus causas, la más identificable es la alergia, que actúa muy a menudo también como desencadenante o como síntoma asociado a la dermatitis, por lo que es conveniente que los niños o bebés sean visitados un especialista en dermatología pediátrica.

Algunas de las alergias más habituales son las alimentarias o las provocadas por sustancias ambientales. Entre las primeras, la patología más común asociada es la alergia al huevo, aunque también puede asociarse a alergia a leche, los frutos secos, los pescados o las legumbres. Entre los alérgenos ambientales destacan los ácaros y pólenes, los hongos y la caspa de animales.

Debido a la prevalencia de esta enfermedad, que altera la calidad de vida de los niños y sus familias, es recomendable una serie de acciones preventivas:

1.- Mantener la piel bien hidratada con productos específicos para su piel (Es aconsejable que un dermatólogo os aconseje debidamente)

2.- Tomar baños o duchas con agua tibia;

3.- Secarse o secar al niño sin frotar la piel;

4.- Usar prendas de algodón y evitar cualquier tejido que pique, como la lana;

Es recomendable asistir a un especialista en cuanto haya sospecha relacionada con la aparición de los síntomas. Un correcto diagnóstico servirá para indicar el tratamiento adecuado a cada caso y evaluará la sintomatología, su duración, antecedentes personales o familiares, y hallazgos en la exploración del paciente según me comentan dermatólogos en Barcelona, ya que es muy importante descartar otras enfermedades con las que se pueda confundir.

. ¿Y vosotros? ¿Sufrís las consecuencias del frío? ¿Habéis sufrido alguna vez dermatitis? ¿Y vuestros hijos? ¿Tienen la piel delicada? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!!

Besos desde mi blog!!!


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