Es difícil, por no decir imposible, no recordar la cinta original -si la has visto previamente, por supuesto- cuando estás viendo un remake. De ahí que las comparaciones siempre sean odiosas y las actualizaciones suelan acabar perdiendo el embite por lo regla general.
Desafío Total, la dirigida por Paul Verhoeven, se ha convertido desde hace tiempo en una película muy querida y casi como punto de referencia en cuanto al cine de acción/ ciencia-ficción. Buenos efectos especiales, una de las películas con más presupuesto de su época, personajes que no dejaban indiferentes a nadie (sea el protagonista o sus enemigos), etc. En resumen, Verhoeven lo bordó. Pero como todos sabemos -en el horizonte está otra adaptación de una película suya con cierto policía robótico- las compañías, productoras, guionistas o quien sea, quieren seguir adaptando películas que según ellos pueden tener un lavado de cara. Ya no en cuanto al argumento, si no más bien en el aspecto de los fx.
Aquí, en el remake, no voy a negar que se le pueda catalogar como una película entretenida y que puede hacer las delicias del género masculino (yo lo pasé bomba con Jessica Biel/ Kate Beckinsale) y el femenino (Colin Farrell). Pero desde luego la esencia y todo lo que rodeó y ha convertido en lo que es a la película protagonizada por Schwarzenegger, se ha perdido completamente.
No leí el relato de Philip K. Dick (seguramente mi compañero cinéfago Harry Powell sí), así que tendré que dar por sentado los comentarios que decían que la película de este año era más fiel que la director holandés. Sin embargo, a veces una mayor fidelidad a la obra en la que se basa no quiere decir que el resultado pueda ser satisfactorio. O lo que es lo mismo, Verhoeven se distanció pero acabó convenciendo a propios y extraños con su obra.
Len Wiseman no es un director que tenga una carrera muy extensa. Cuatro películas en su haber, contando dos de la saga Underworld, la cuarta de La Jungla de Cristal y la que nos ocupa. Estando casado precisamente con la actriz de la saga vampírica y que aquí ejerce las labores que realizaba Sharon Stone en la película de 1990. Es decir, la falsa esposa del protagonista que no hace si no controlar sus movimientos.
Wiseman ofrece un producto de usar y tirar. Impresionante a nivel técnico (fx), pero olvidable en su esencia. No nos encontramos con ese planeta al cual aspiraba a viajar Arnold Schwarzenegger (Marte), ni con esos mutantes que estaban ubicados en una Resistencia, también se obvia -aunque quieran mostrarlo- esa pequeña duda que puede recaer en el espectador sobre si lo que estamos viendo no es más que un “sueño” inducido casi al principio de la película. Incluso ese momento de tensión (donde el sudor -aquí una lágrima- delata y ayuda a nuestro protagonista a tomar una decisión vital) carece de lo que vimos en la película original.
Desafío Total acaba siendo un corre que te pillo al más puro estilo Correcaminos/ Coyote. Muy bien elaborado, como he dicho, pero carente de esas película que aguantan en la memoria colectiva y que acabas sacando a colación en conversacones posteriores. Es una película al uso, hija de una generación donde los planos estresantes y adrenalíticos son el pan nuestro de cada día y la entidad de los personajes acaba siendo a la postre totalmente nula. Beckinsale acaba distanciándose de Stone, convirtiéndose en un Michael Ironside femenino acompañada de unos secuaces intrascendentes, a veces humanos y otras robóticos. Incluso la ausencia e Ronny Cox a favor de Bryan Cranston interpretando a Vilos Cohaagen se antoja como una batalla perdida y el espectador -por lo menos yo- lo nota.
Inexplicablemente para mí, de nuevo podríamos poner esa frase de “para gustos los colores”, he leído en foros donde bastantes personas prefieren esta película a la que dirigió Paul Verhoeven hace ya más de veinte años. Como digo, algo que no entiendo ni entenderé. Ni siquiera el aumento y perfección de los efectos especiales actuales me pueden hacer cambiar de opinión.
Fdo: Snake