Casi acabando octubre y con ropa de verano.
Los jerséis que tejía mi abuela, que estrenaba este mes, hoy en día, me provocarían un golpe de calor.
Es la misma fecha pero ya no es el mismo tiempo…
El cambio climático , que algunos aún niegan, ha provocado un desajuste estacional. Un embrollo. Habrá que cambiar el nombre a las lunas llenas y avisar a la cigarra. Esa querida acompañante que ha estado todo el verano haciendo ruido bajo mi ventana y que ya creí difunta o aletargada, sigue con su melodía, en este 22 de octubre. Se le está haciendo largo y no sabe que sufre de desajuste estacional.
Como yo…