Todos tenemos algo de sentimiento positivo y eso nos ayuda para que nos levantemos de los fracasos. Ese optimismo nos permite seguir adelante en la vida a pesar de que el panorama se nos presente negro. Muchos estudios han demostrado que hay una clara relación entre los estados de ánimo y la salud, los pesimistas enferman más y tienden a la depresión, los optimistas enferman menos, transmiten seguridad y confianza y aún en la vida les va mejor, porque piensan que los problemas se resolverán favorablemente.
Respiramos lenta y profundamente llenando primero el estómago, luego los pulmones y las clavículas. Cuando ya no podamos retener más aire nos detenemos un instante y lo dejamos que salga con naturalidad. Repetir esta respiración varias veces lo más lenta y profunda posible, hasta que sintamos que nos vuelve la calma y nos encontremos más relajados.
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