Cuando nace el niño se lo revisa enteramente para descartar cualquier tipo de problemática, pero lo cierto es que algunas anomalías no pueden verse desde el momento del nacimiento, sino recién cuando el pequeño comienza a crecer, como en el caso de los niños que tienen pie plano.
Debemos saber primeramente que todos los bebés nacen con los pies planos, ésto quiere decir que no tienen un arco en la planta del pie debido a que los pies de los pequeños poseen una capa de grasa que cubre la planta y los ligamentos que unen los huesos son elásticos, por lo que tienden a hundirse.
Cuando el pequeño va creciento la capa de grasa desaparece y los ligamentos consiguen fortalecerse, por lo que el pie puede ir formando el arco en la planta, en un proceso que recien se completa generalmente a los 3 años de edad, aproximadamente.
Si hay dudas sobre si el niño tiene o no pie plano deberá consultarse al traumatólogo que, de sospechar alguna anomalía derivará al bebé a un ortopedista que, llegado el caso, indicará el uso de plantillas o zapatos ortopédicos.
Hay algunas cosas a tener en cuenta para conseguir desarrollar los pies del bebé desde el momento en el que nacen, realizando diferentes tipos de ejercicios mediante juegos diarios de poco impacto. Caminar descalzo es un factor beneficioso, y algo que además le encanta a los más pequeños, así también como animarlo a caminar de vez en cuando en puntillas, ya que de esa forma ejercita los músculos de la planta del pie.
Para hacer aún más contundente el ejercicio sobre las plantas de los pies, hay que estimular al niño para que se empine, de esta forma se estará consiguiente desarrollar los pies del bebé, colocando un juguete o elemento de interés en algún lugar alto y animarlo a que lo tome solo. Cuando llegue la hora de colocarle zapatos al pequeño, elegir siempre aquellos que tienen el taco en forma de “S” dado que permiten mayor estabilidad, y hay que tener en cuenta que el tamaño debe ser 1 cm más largo que su pie.
Vía | Web del Bebé
Foto | Cityanimals de Flickr