Muchas veces, cuando hablamos de desarrollo sostenible o desarrollo sustentable damos por hecho que todo el mundo sabe a lo que nos estamos refiriendo, pero no siempre es así.
Por eso no está de más puntualizar qué queremos decir cuando hablamos de desarrollo sostenible en un contexto de cuidado del medio ambiente y con ejemplos actuales.
La idea del desarrollo sostenible defiende la teoría que es posible mantener un crecimiento social y económico pero sin afectar de manera drástica al medio ambiente.
Por lo tanto los pilares básicos serían un desarrollo económico que sea acorde también con el desarrollo de la vida de las distintas sociedades, el respeto a sus formas de subsistencia, y el mantenimiento del medio ambiente.
Al mismo tiempo, mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos.
Ejemplos y objetivos del desarrollo sostenible
Entre los ejemplos más comunes de desarrollo sostenible que solemos encontrar en las propuestas de muchas organizaciones ecologistas se encuentran el reciclaje, la clasificación y compostaje de residuos, el cambio hacia formas producción de energía más limpias, como las energías eólica y solar, el uso de formas de cultivo más sostenibles y respetuosas, como la agricultura ecológica y de zona cero, los carriles bici y el fomento del uso de este tipo de vehículos, e incluso el turismo sostenible o ecoturismo.
En este sentido, muchas ciudades del mundo están tomando medidas en esta dirección, como con el tema de la gestión de los residuos, en las que algunas ciudades del mundo tomaron medidas muy drásticas para reducir las cantidades que generan.
Un ejemplo sería Zurich, que encabeza la lista de las ciudades más ecológicas del mundo, por su gestión de los residuos y el incremento de la energía verde.
Los objetivos a nivel social del desarrollo sostenible, por su parte incluyen la erradicación de la pobreza y el hambre a nivel mundial, garantizar la salud, el trabajo, los servicios de saneamiento y movilidad básicos, la igualdad de género, el acceso a la energía, promover el consumo responsable y el cuidado del medio ambiente.
Todos objetivos muy loables, pero al mismo tiempo muy lejanos con el actual modelo económico, social y ecológico vigente.
Desarrollo sostenible versus decrecimiento
Esta idea de desarrollo sostenible, vista desde ese ángulo, es un tanto controvertida, y no tanto por los objetivos, sino por la inviabilidad de llevarla a cabo sin comprometer los cimientos del sistema actual.
Por lo tanto en contraposición surgió una idea, en ocasiones complementaria y en ocasiones opuesta, llamada “decrecimiento”, llamada a veces decrecimiento sostenible. Esta teoría defiende que en lugar de seguir creciendo, la sociedad y la economía actuales deben de-crecer, disminuir el ritmo de crecimiento y volver a unas formas más respetuosas con las personas y el entorno.
El marco de ideas e incluso el movimiento que se formó alrededor de la noción de decrecimiento, con algunos importantes catedráticos al frente como Herman Daly, Joan Martínez Alier y Serge Latouche, este último quizás el más conocido de todos, dedicaron mucho trabajo a desarrollar las ideas principales que podríamos resumir así:
- Una economía real que tenga en cuenta el coste ecológico.
- Evitar los enormes flujos de capital a través de regulaciones.
- Implantar un ingreso mínimo (como la Renta Básica) y que sea universal.
- Liberar el conocimiento y la información.
- Limitar el desplazamiento.
- Limitar la desigualdad y los ingresos.
- No pagar la deuda pública.
- Penalizar los gastos en publicidad.
- Proteger los bienes comunes.
- Reducir la huella humana sobre el ecosistema.
- Reducir las jornadas laborales.
- Relocalizar las actividades.
- Reorientar la investigación científica.
- Restaurar la agricultura local.
Por tanto, la noción de decrecimiento en contraposición con la de desarrollo sostenible puede parecer más radical, pero al mismo tiempo, al menos a escala reducida, posible.
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