La inundación del Campus de la Universidad de la Sabana, en Bogotá, por el desbordamiento del río que pasa por sus límites, me ha impresionado vivamente. Hace más de 60 años que no se veían unas lluvias tan intensas en estos días de invierno, con unos efectos tan desastrosos.
Las imágenes aéreas pueden dar idea de lo que supone el que hayan quedado anegados todos los terrenos y todas las primeras plantas de los edificios, bajo más de dos metros de agua, en algunas zonas.
Soy profesor Visitante de la Universidad de la Sabana, y tenía que haber estado allí, dentro de diez días, invitado a participar con una lección académica en la inauguración del flamante Edificio K, de la Facultad de Comunicación. Ahora eso, como puede verse, debe esperar.
Hoy me escribe -tras dos días de dificultades con el email- Adriana Patricia Guzmán de Reyes, Decana de la Facultad de Comunicación:
(...) La situación es muy, muy difícil. La Universidad sigue inundada y ahora hacemos todos los esfuerzos para encontrar sedes alternas que nos permitan reiniciar las clases. Algunas Facultades ya lo han hecho. Dios mediante nosotros comenzaremos el lunes. Necesitamos muchas oraciones porque esto por momentos nos supera, pero seguro que lograremos llevar a buen término, por ahora este curso. Mil gracias por tu disposición y tu ayuda. (...)
Es realmente desolador ver tanto trabajo y tantas alegrías y esperanzas anegadas así de repente, y al tiempo consuela mucho ver que la Decana pide oraciones, y que las palabras del Rector Obdulio Velásquez transmiten, desde la desolación, mucha paz, esperanza y paciencia al referir -entre otras cosas- la ayuda solidaria que reciben de otras instituciones universitarias y profesionales en Bogotá para que el trabajo universitario no se interrumpa, en la medida de lo posible:
Si algún lector desea comunicar con la Universidad de la Sabana, este es el buzón de entrada.