Desayuna marketing de contenidos y tu ecommerce rendirá como un tigre

El marketing de contenidos, un aliado para la estrategia de tu comercio online

Puede que últimamente hayas pescado la fiebre por el comercio en internet. Sí, esa que circula por ahí como un bálsamo reparador para una economía aquejada de crisis. Si es así, bienvenido al presente, que no al futuro, pues las posibilidades de vender en internet ya las avistó un visionario Jeff Bezos, allá por 1994, cuando decidió empezar un negocio de venta de libros por la Red  llamado Amazon. ¿Te suena? Casi tanto como la canción del verano que está por llegar, ¿verdad?

Bien, pues si has caído prisionero del fenómeno ecommerce, comienza a generar contenidos, pues sin éstos es difícil que llegue a verte tu clientela entre la masa informe y en constante crecimiento que es internet. De hecho, esto funciona como una conversación, si no dices nada, tu presencia pasará sin pena ni gloria, pero si hablas (y lo haces con sustancia, nada de ponerte verborreico sin aportar datos), harás mella en tu público objetivo. Resulta lógico, ¿verdad? Los tipos interesantes y dicharacheros se han llevado la gloria desde tiempos inmemoriales, mirad a Jay Gastby…

Cómo no, el fenómeno ya anda bautizado; marketing de contenidos (content marketing para los adoradores de Shakespeare). Así que para entrar en esta liza debes crear contenidos que aporten valor, que empitonen al lector para que siga leyendo, comparta y se lleve tu contenido de jarana por sus redes sociales. De este modo, una experta del ramo como Eva Sanagustín sostiene que las empresas que incluyen un blog corporativo dentro de su estrategia, venden más que aquellas que no contemplan dicha herramienta y, por supuesto, se consiguen muchos más leads. Por lo tanto, se obtienen muchas más posibilidades para demostrar que “tú lo vales” y así evitar quedarte fuera implorando una oportunidad.

Además, una vez que decidas apostar por los contenidos y, por lo tanto, volverte monárquico de cabo a rabo porque el “contenido es el rey” (más bien un Genghis Kan). Debes acatar los siguientes preceptos:

1) Determinar a qué público te diriges (y, por lo tanto, fijar el tono, registro y vocabulario de tu discurso).

2) Qué contenidos puede interesarle. Es decir, y como ya dijimos una vez en Neo, si tu audiencia es vegetariana no le des carne, pues pasará de largo.

3)Un calendario editorial. Vale que no eres un rotativo de los años 20 con prisa por salir a primera hora de la mañana con la exclusiva del día, pero tómatelo con seriedad, pues tu clientela pasa revista y si le das plantón demasiadas veces, se pirará con otro más puntual.

4)No copies y pegues los textos del manual de instrucciones de tu producto. El primer mandamiento es la originalidad, así que resetea tu web y empieza a hilar textos.

5) Dosifica. No concentres todos los contenidos en un apartado.

6) Analizar. Como siempre, has de sacar la vara de medir para averiguar el éxito de toda acción emprendida tanto en tu web, tu blog o en las redes sociales.

7) Busca a un profesional de la redacción. De lo contrario, acabarás dándole mandobles al idioma (o puede que no), o desertando de la tarea a la primera de cambio. Lo mejor es contratar a un redactor freelancer o externalizar con una agencia o una empresa que contemple este servicio (posdata, aquí redactamos contenidos).

En definitiva, sigue la estela marcada por los grandes. ¿Sabes que la web de Gallina Blanca ahora es un medio de información que incluye recetas de cocina, entrevistas y demás? Si ellos lo hacen, por algo será. No te quedes con la mosca y arremete  a tu competencia con contenidos de calidad ya sea en Elche o en la cochinchina.