Todo este entramado burgués y antidemocrático, se acaba de tejer en los medios de comunicación, transformados en plataformas amplificadoras de los intereses de los grandes partidos cuando repiten hasta la saciedad lo grande que es nuestra democracia. Igualmente, es frecuente también que desde ciertos sectores y foros burgueses se “recomiende” a los países del sur lo que tienen que hacer, y junto a los medios de comunicación, se critique y se machaque sin piedad lo que en otros países ocurre (léase Venezuela o Cuba).
Así pues, es paradójico y contraproducente que en un país con un sistema electoral tan putrefacto como el español, sus políticos, intelectuales, columnistas y periodistas miren la paja en el ojo ajeno mientras no ven la viga en el suyo. Si a esto se le suma la existencia de otra cámara de senadores y se adoba con la presencia del intocable de la Zarzuela como jefe de estado supremo, vitalicio y por la gracia de Dios, se va vislumbrando un país que presume de estar en el siglo XXI pero que en el fondo mantiene unas estructuras oxidadas y casposas más propias del siglo XIX.
Alabar el desaguisado folclórico de aquí y tener la osadía de acosar e insultar a presidentes como Hugo Chávez y Evo Morales -que no sólo han sido votados mayoritariamente, sino que además han sido revalidados en sendos referéndums únicos en el mundo- es tener muy poca vergüenza.
Los comentarios, mejor allí. Y no se pierdan las tablas que se exponen. De lo más gráfico
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