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Descifrando una amenaza: Ataque de pulso electromagnético (2 de 3)

Publicado el 15 septiembre 2010 por Quantum-Rd @Quamtum

Descifrando una amenaza: Ataque de pulso electromagnético (2 de 3)
Escenarios de ataque
Con el fin de poder tener una mayor probabilidad en daños inmediatos a los Estados Unidos, por un ataque EMP a escala continental, es necesario detonar un arma nuclear por encima de los 30 kilómetros en algún lugar sobre el Medio Oeste americano. Es decir, un tercio de la altitud de los modernos aviones comerciales. Sólo los Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China poseen el diseño de ojivas y misiles balísticos intercontinentales (ICBM) con capacidad para llevar a cabo este tipo de ataque en su propio territorio, y estos mismos países han poseído esa capacidad desde hace décadas. Cabe destacar que los misiles de corto alcance pueden alcanzar esta altura, pero el centro de los Estados Unidos sigue estando a 1.000 kilómetros de la costa Este y a más de 3.000 kilómetros de la Costa Occidental, siendo insuficiente hacerlo con misiles descontinuados como los tipo Scud.
La amenaza por EMP no es nada nuevo. Ha existido desde la década de 1960, cuando las armas nucleares fueron alojadas en los primeros misiles balísticos, y llegó a ser un componente importante en la estrategia nuclear. A pesar de la comprensión limitada de sus efectos, es casi seguro que los Estados Unidos y la Unión Soviética tenían en su arsenal un número considerado de armas con capacidad de crear estos efectos, tanto defensiva como ofensivamente. Se cree que tanto la Rusia post-soviética como la China comunista incluyen en sus escenarios la posibilidad de ataque por EMP contra los Estados Unidos.

Descifrando una amenaza: Ataque de pulso electromagnético (2 de 3)Simulación de un escenario de defensa ante un posible ataque EMP.

Sin embargo, existen fuerzas disuasorias muy significativas respecto al uso de armas nucleares para generar un ataque por EMP contra los Estados Unidos, y debemos recordar que las armas nucleares no han sido usadas con estos fines en ninguna parte desde 1945. A pesar de que en algunas teorías el ataque por EMP podría ser menos destructivo y por lo tanto con menos probabilidad de provocar una reacción vengativa y devastadora; tal ataque contra los Estados Unidos representaría intrínsecamente y necesariamente una respuesta nuclear y la idea de que los Estados Unidos no respondan ante un ataque de tal envergadura es un completo absurdo. Los Estados Unidos siguen manteniendo la fuerza disuasoria nuclear más creíble del mundo, y cualquiera que contemple un ataque por EMP tendría que suponer que pudieran experimentar un poco de represalia limitada, pero la represalia estadounidense sería completa, rápida y devastadora.
Los países que construyen armas nucleares lo hacen a un gran costo. Esto no es una cuestión de capricho. Incluso hoy en día, un programa exitoso de armas nucleares es producto de varios años de inversión y dicha inversión es enfocada a un amplio espectro de recursos nacionales. Las armas nucleares también se desarrollan como un elemento de disuasión para atacar, aunque no con la intención de usarlos inmediatamente de manera ofensiva. Una vez que un diseño ha logrado una capacidad inicial, el foco apunta al establecimiento de un elemento de disuasión de supervivencia para posteriormente continuar con un primer ataque nuclear, a fin de servir a su propósito fundamental de elemento de disuasión a los ataques. La coherencia, la habilidad y el foco que esto requiere son difíciles de alcanzar y tienen un costo inmenso al país en desarrollo. La idea que Washington interpretará el uso de una arma nuclear para crear un EMP como algo menos hostil que el uso de una arma nuclear para destruir físicamente una ciudad americana no es el tipo de juego al cual un país se arriesgará.
En otras palabras, para los países capaces de llevar a cabo un ataque por EMP, los principios de la disuasión nuclear y la amenaza de un ataque en represalia a gran escala se mantiene, tal como lo hicieron durante los días más tensos de la Guerra Fría.
Descifrando una amenaza: Ataque de pulso electromagnético (2 de 3)Si se detonase una bomba nuclear de tamaño medio, sobre la ciudad de Kansas, su efecto sería lo suficientemente fuerte como para destruir un centenar de años de desarrollo tecnológico.

Actores en escena
Un escenario de amenaza por EMP no emana de un poder global o regional, como Rusia o China, sino de un estado criminal o de un grupo terrorista transnacional que no posee misiles balísticos intercontinentales, sino que utiliza subterfugios para cumplir su misión sin dejar huellas. En este escenario, el Estado delincuente o grupo terrorista carga una cabeza nuclear y un lanzamisiles a bordo de un buque de carga o buque petrolero y luego lanza el misil hacia la costa a fin de conseguir que la cabeza nuclear esté sobre el objetivo. Este escenario implicaría el uso de un misil balístico de corto alcance para lograr un ataque localizado o un misil balístico de mayor alcance (no intercontinental) para alcanzar la posición necesaria sobre la costa oriental u occidental o el Medio Oeste para lograr su objetivo.
Cuando consideramos este escenario, debemos reconocer primero que se está frente a los mismos obstáculos que pudiera presentar el uso de un arma nuclear que haya sido empleada en un ataque terrorista. Es poco probable que un grupo terrorista como Al Qaeda o Hezboláh pueda desarrollar su propio programa de armas nucleares. También es muy poco probable que una nación que ha dedicado gran esfuerzo y dinero para desarrollar un arma nuclear confíe este tipo de armas a una organización externa, y a su vez extremista. Cualquier uso de un arma nuclear sería investigado enérgicamente y la nación que fabricara el arma sería identificada y pagaría un alto precio por este tipo de ataque (por ello la gran inversión que se ha hecho durante la última década en el campo de la ciencia forense nuclear). Por último, como se señaló anteriormente, un arma nuclear es visto como un elemento disuasorio en países como Corea del Norte o Irán, que buscan este tipo de armas para protegerse de una posible invasión, no para uso ofensivo. Existe la posibilidad de que grupos, como Al Qaeda, puedan utilizar un dispositivo nuclear (si es que pueden obtenerla), dudamos que otros grupos como Hezbolá lo haga. Hezbolá cuenta con una base conocida de operaciones en el Líbano que podrían verse afectada en un contraataque, por lo que estarían menos dispuestos a arriesgarse a iniciar un ataque al territorio enemigo.
(Continuará)
By Scott Stewart and Nate Hughes
Traducción: Juan Carlos Jiménez
Fuente: Stratfor Global Intelligence
Descifrando una amenaza: Ataque de pulso electromagnético (2 de 3)La amenaza por EMP no es nada nuevo. Ha existido desde la década de 1960.

Quantum opina:
Podemos describir tres posibles efectos de un ataque EMP, dependiendo de la altura de la detonación. A una gran altura, los rayos gamma pueden viajar más lejos y desviando el pulso hacia la superficie debido al campo magnético de la Tierra. Tal ataque podría fácilmente ser lanzado desde un submarino, frente a la costa, y no necesitan ser exactos. La altitud y coordenadas de la detonación puede variar considerablemente y los efectos serían igual de letales para los componentes electrónicos. Por ejemplo, si se detonase una bomba nuclear de tamaño medio, sobre las 150 y 500 millas de cualquier lugar sobre Kansas, su efecto sería lo suficientemente fuerte como para destruir un centenar de años de desarrollo tecnológico.
Una bomba nuclear en órbita podría ya estar sobre nosotros, en espera a ser utilizada en un conflicto futuro. Si este tipo de armas ya se encuentra allá arriba, es completamente imposible destruirla pues una vez que se detona, los sistemas de defensa electrónicos restantes quedarían inservibles. El pasado mes de abril, la Fuerza Aérea de Estados Unidos lanzó desde Cabo Cañaveral una pequeña nave bautizada como X-37B, pero apodado «baby-shuttle». La misma puede permanecer en órbita por unos nueve meses, lo cual no es de extrañar, sin embargo, dicho proyecto secreto fue descubierto por astrónomos aficionados que lo ubicaron en una órbita de 40 grados, lo que lo coloca en ruta sobre Afganistán, Pakistán, Corea del Norte e Iraq, entre otros países. El Pentágono ha guardado silencio sobre este hecho.


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