Vistas desde la Sky Tower. Sydney.
Qué decir de Sydney…
Desde el primer momento me cautivó. Por todo y nada en concreto…
Lo más icónico de la ciudad es la Opera House y no defrauda. Construida en el 1973 no sólo es un edificio bonito por si sólo, además el ambiente de los locales de copas que tiene a los pies hace que aún sea más interesante.
Opera House desde el mar.
Opera House.
Por lo general en la ciudad a partir de las cinco de la tarde se hace mucho copeteo, cosa que da una alegría y vida que recuerda mucho a lo que nosotros estamos acostumbrados y se añora tanto en otros lugares del mundo.
Desde la Opera se tienen unas vistas preciosas del Harbour Bridge, tanto de día como de noche. El Darling Harbour es enorme. También lleno de restaurantes, bares , locales de copas y tiendas. Todo con un ambiente estupendo. Por la noche gente de todas las edades pasea por el puerto y se convierte en un escaparate de la sociedad Australiana.
Harbour Bridge
Esa sociedad que tanto me ha sorprendido y agradado. Se nota felicidad por todas partes. A pesar de ser una de las ciudades más caras del mundo tienen muy buenos salarios, un paro casi inexistente y eso se palpa en la calle.
Zona cercana a la Opera House.
La zona más antigua conocida como The Rocks queda a un corto paseo desde el puerto y hay también zonas de ocio y galerías de arte. Tambíen tiene un pequeño Chinatown aunque diría que la sociedad asiática en general está en todas las partes no sólo en el barrio chino. Las conocidas playas de Sydney como Bondi y el Taronga Zoo ( en futuros posts) tampoco tienen desperdicio.
De todo mi viaje a Australia, Sydney ha sido lo que más me ha gustado. Diría que es la ciudad del mundo que más me gusta y el motivo por el cual pienso volver a las Antípodas...
Sky Tower en zona de oficinas.