Ya se acercan las vacaciones de Semana Santa, y de nuevo tenemos una excelente oportunidad para escapar de la rutina diaria, materializando ese pequeño viaje con el que venimos soñando desde hace tiempo. En nuestro propio territorio nacional, encontraremos gran cantidad de destinos en los que podremos combinar nuestras pequeñas vacaciones de ocio y descanso, con diferentes e interesantes actividades deportivas, de entretenimiento ó culturales. De entre todos estos rincones de nuestra propia geografía, las islas Canarias, han sido siempre uno de estos cercanos y deseados lugares en los que poder disfrutar de estas pequeñas vacaciones, unas islas ancladas en el Atlántico, que sorprende a los visitantes, tanto por su privilegiada climatología, como por sus singulares y únicos escenarios naturales de increíble belleza.
Valle de La Orotava y volcán Teide desde el mirador de Humboldt
Tenerife, la isla en la que tengo la suerte de residir cuando no estoy de viaje, es la más extensa de todo el archipiélago, y también la que más contrastes paisajísticos ofrece, sus verdes valles al norte de la isla ya sorprendieron al famoso geógrafo, naturalista y explorador alemán Alexandervon Humboldt, que en las cartas escritas a su hermano cuando ya partía de la isla con rumbo a Sudamérica, decía… “Me voy con lágrimas en los ojos, quisiera venir a vivir aquí”.Costa norte de Tenerife
La exuberancia natural de esta zona de la isla donde crecen sin esfuerzo múltiples y variadas especies botánicas, contrastan con las áridas tierras del sur, en las que apenas perviven cactus y tabaibas, todo ello vigilado por el impresionante volcán Teide, que con sus 3718 metros de altura, se erige como el pico más alto de España. Una isla de contrastes, surgida del fuego y de la lava, que con el tiempo y debido a la constante acción del azul océano que la rodea, acariciando en ocasiones sus playas de negras arenas y en otras batiendo con la furia de sus olas, batiendo sobre los abruptos riscos y acantilados de sus costas, ha ido moldeando su orografía a través de los tiempos.Senderismo por los montes de Anaga
Estas elocuentes descripciones sobre la virtudes climáticas y paisajísticas de la isla ya deberían ser suficientes para que te decidas a descubrir Tenerife, en estas próximas vacaciones, pero te aseguro que no son las únicas razones. En tu visita podrás comprobar que además de Sol, playas y sorprendentes paisajes, en esta isla se pueden practicar muchas y variadas actividades deportivas, relacionadas con los medios acuáticos, terrestres ó aéreos, tales como vela, buceo, windsurf, surf, senderismo, barranquismo, parapente y una larga lista de diversas modalidades que harán más atractiva su estancia, a los amantes del deporte y la naturaleza.Descubrir los más destacados pueblos y villas de esta tranquila isla -algunos de ellos con nombres que tienen su origen en la lengua usada por los Guanches, antiguos pobladores pre-hispánicos- paseando por sus calles cargadas de historia y deleitándose con los detalles arquitectónicos de sus edificios, será también una interesante actividad que podrás experimentar durante tu visita. Por añadidura, siendo Semana Santa y si te interesan las costumbres y tradiciones populares, en la mayoría de los pueblos y ciudades, podrás presenciar el paso de las diferentes procesiones religiosas que se celebran en estas fechas, siendo la de más prestigio, las celebradas en San Cristóbal de La Laguna, ciudad universitaria y sede episcopal, con un cuidado centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en el año 1999.
Catedral y casco histórico de San Cristóbal de La Laguna
Si finalmente has decidido descubrir Tenerife y tras tu paso por las principales poblaciones de la isla, tales Santa Cruz de Tenerife, su capital y principal puerto marítimo, La Laguna, ciudad histórica y universitaria, Tacoronte, tierra de vinos, La Orotava, capital del amplio Valle que lleva su nombre y en el que todavía pueden apreciarse extensas plantaciones de plátanos, que ahora comparten su espacio con urbanizaciones residenciales, el Puerto de la Cruz, ciudad donde surgió el primer movimiento turístico de la isla, Icod de los Vinos con su Drago Milenario, Vilaflor bajo las laderas del Teide y muy cercano al Paisaje Lunar, Santiago del Teide y su Acantilado de Los Gigantes, Adeje y Arona municipios que albergan en sus costas, el puerto de Los Cristianos y La Playa de las Américas, dos de los mayores centros turísticos actuales de la isla, Güimar tierra de vinos y volcanes, Candelaria, un antiguo puerto pesquero, que ha crecido a la sombra de la Basílica que alberga a la virgen morena de Candelaria, patrona de la isla.Tal vez pienses que te estoy enumerando demasiados lugares para visitar en tan poco tiempo, pero la realidad, es que la isla solo tiene 342 km de perímetro costero y es posible recorrerla por carretera, de una punta a otra en menos de un día, así que todavía tienes tiempo para ampliar tus descubrimientos, dirigiendo tus pasos hacia las más pequeñas y remotas aldeas, que permanecen escondidas entre valles, laderas y barrancos, en las que el tiempo parece transcurrir a otro ritmo y donde si saber buscar bien, podrás adentrarte en las costumbres gastronómicas más tradicionales, para saborear los mejores frutos de la mar, pescados, pulpos ó lapas y los mejores de la tierra, conejo, cerdo ó cabra, todo ello acompañado de papas arrugadas, mojos verde de cilantro ó rojo picón de pimientas, gofio amasado ó en escaldón y sobre todo vino, unos vinos que llegaron a ser considerados los mejores del mundo, ansiados por la nobleza europea y ensalzado por escritores como William Shakespeare ó Walter Scott.