Una nota manuscrita rogaba “¡Sáquenme de aquí!”
Alertados por los vecinos de un inmueble colindante que notaron “un mal olor penetrante y permanente”, dos agentes de la policía municipal se acercaron a la puerta del director del diario La Razón. Pero no se atrevieron a entrar, porque uno de ellos, de fino olfato, notó en el aire trazas de agentes venenosos. Fue entonces un grupo de la Policía Nacional especializado en amenazas químicas el que finalmente entró en el lugar de trabajo de Francisco Marhuenda.
“El aire estaba, efectivamente, enrarecido”, confirma A. Plasto, uno de los agentes. “Al principio no entendíamos de donde procedían los extraños gases, pero gracias a un espectómetro especial descubrimos que se debía a la descomposición de frases venenosas lanzadas por Marhuenda”.
Análisis posteriores en el laboratorio pudieron descomponer algunas de esas frases, entre las que se encontraban:
- “Yo tengo casa porque he estudiado y me la pago” (sobre los desahucios)
- “El fiscal general del Estado debe ser vecino de Marte” (por querer investigar al PP cuando El País sacó los primeros papeles de Bárcenas)
- “Lo de Corinna es solo el despropósito de una señora que ha perdido los papeles y está haciendo el ridículo”
- “La imputación de la infanta Cristina no tiene ningún fundamento”
- “España va bien y el PSOE tiene un plan para dar un golpe de Estado” (junio de 2012)
- “Trabaja por España”, titular de portada de La Razón el día de la huelga general, con más de 4 millones de parados.
Pero, entre tanta estupidez, también hallaron una nota manuscrita. Solo tenía una frase: “¡Sáquenme de aquí!”. Y ante este indicio de que el despacho de Francisco Marhuenda pudo, alguna vez, albergar vida inteligente, la Policía Nacional ya ha pasado el caso a la NASA y a Iker Jiménez.
Publicado el abril 24, 2013 en 5:44 pm en Educación y Cultura, Sociedad | RSS feed | Respond | Trackback URL