Un equipo de especialistas pertenecientes a la universidad Emory de Estados Unidos han realizado un efectivo estudio que demuestra la relación directa entre las horas de sueño que experimenta un bebé y el margen de crecimiento que éstos tienen.
La revelación que se ha conseguido con éste trabajo es que se ha demostrado que los bebés crecen de forma repentina durante las horas de sueño, dado que los denominados “estirones” se producen sin más durante el descanso, tal y como ocurre en cuadros de enfermedad o de fiebre, donde el cuerpo también tiende a crecer.
Se ha revelado además una aceleración del crecimiento cuando se incrementa el número de siestas que el niño toma durante el día, situación que además ayuda a que el niño tenga un mejor desarrollo de aprendizaje, como hemos visto con anterioridad.
El estudio se realizó en base a un grupo de 23 parejas que mantuvieron un control diario sobre las costumbres de sueño de sus hijos recién nacidos durante un período que correspondía entre los cuatro meses y los dos años y medio de vida. Cada padre debía indicar cuándo se despertaban sus hijos y las horas que éstos pasaban despiertos, además de indicar cuánto tiempo tomaban el pecho y que alimentación extra recibían, marcando también todo cuadro de enfermedad, fiebre, diarreas o vómitos.
Una vez recopilada ésta información los investigadores midieron la estatura de los niños continuamente de forma precisa, cruzando los datos del crecimiento con los patrones de sueño que habían experimentado en datos recogidos por los padres.
El resultado indicó que el 43% de los niños experimentaban un crecimiento en las épocas en las que habían incorporado una “siesta extra”, o habían dormido más y mejor, y uno de cada cinco niños crecía cuando dormía apenas 1 hora más de lo habitual, sobre todo en aquellos niños que incrementaron en cuatro las horas de sueño en un período de uno o dos días.
Vía | La Razón
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