“Desde el tendido 6”, por Juanjo Franquelo
Empezamos con algo bueno que le da categoría a la Malagueta. Los acomodadores, bien uniformados, se apostan en las bocanas y puertas que dan acceso a tendidos y andanadas, no dejando salir ni entrar a nadie durante la lidia. Los ignorantes se encabritan y forman jaleos que resuelven con mucha educación. Esto se lo tenemos que agradecer a los nuevos empresarios.
Creo que la señora presidenta debería leerse el Reglamento Taurino de Andalucía, en el apartado de rejoneadores. Ayer dejó poner muchas banderillas en varios toros. Creo recordar que el primer burel llevaba nueve arpones (cinco banderillas largas, dos cortas y dos rosas ). El Reglamento limita el número de palos a colocar. No le digo cuantos, para que se moleste en buscarlo.
Hay un problema con la entrada de los toros en el patio del desolladero. Al rebajar el albero para cumplir con la altura reglamentaria de la barrera, se ha quedado un montículo en el centro de la puerta. Además, con el agravante de que tiene un hierro que sirve de tope para que las hojas de la puerta no salgan hacia fuera. Ahí se enganchan siempre los toros arrastrados. Ayer se quedó un toro enganchado y las mulillas se soltaron. Tema este de las mulillas que hay que denunciar. Este tiro de acémilas es muy nuevo y no tienen experiencia en el arrastre. Dan muchos problemas todos los días. En Antequera, hace dos meses, se desbocaros varias veces y arrastraron a los mulilleros, con la consabida rechifla de los espectadores.
Hoy el callejón otra vez con más tráfico que el paseo marítimo al mediodía. Curiosamente, “Pirri”, no estaba o ni se movió de su asiento. ¿Será que no le gustan los caballitos?