“Desde el tendido 6”. Novillada (10/8/12)

“Desde el tendido”, por Juanjo Franquelo

Es de vergüenza lo que pasa en en el callejón del coso del paseo de Reding y nadie pone orden. El callejón de la Malagueta más se parece al hall de una casa de citas decimonónica o a la calle Larios en sábado noche. Hay una serie de personas que deambulan por el callejón sin ningún respeto a la lidia. Estando el toro en la arena, nadie puede moverse salvo los que intervienen en la lidia. Ayer observamos al bueno de José Morales “Pirri”, deambular constantemente por el callejón, haciendo más kilómetros que el baúl de la Piquer. No sabemos qué labor estaba desarrollando, ni si estaba autorizado para ello. Y si no lo estaba, debe acomodarse en el tendido. En el ciclo de novilladas recién concluido, ha habido un ex mozo de espadas que ha estado incordiando durante todas las lidias. Los delegados y alguaciles, a los que el reglamento andaluz les confieren la obligación de mantener el orden en el callejón bajo la dirección del delegado de la Autoridad, se muestran incapaces en el desempeño de esa función.

Se ignora por parte de alguacilillos, presidencia y autoridad, que desde tiempos inmemoriales se sabe que en los festejos de novillos no existe despejo de plaza, y los alguacilillos acuden a buscar a las cuadrillas los dos juntos por el centro del ruedo. Se sigue así la tradición de las primeras novilladas donde tampoco existía el despejo de plaza, participaba el público en el festejo y, en muchas ocasiones, las reses no se estoqueaban. Ayer no se hizo, como tampoco en ninguno de los festejos del pasado certamen de novilladas “en clase práctica”.

Otro que tal baila es el maestro Puyana, que ha perdido el oremus totalmente. Toca a destiempo y detiene la música cuando le da la gana. Si la faena es buena y se alarga, no repite pasodoble. ¿Es qué pagan poco, maestro? Ayer, durante la insulsa faena de muleta al quinto novillo, arrancó a tocar la extraordinaria banda de la Malagueta y, ante las protestas de algunos, dejó de hacerlo a los cuarenta segundos. Lamentable falta total de criterio.

Es norma generalizada que los actuantes, se quiten las zapatillas sin motivo ninguno que lo justifique. Ayer lo hizo Gómez del Pilar. Pienso que ello debiera ser sancionable por la autoridad competente. Aunque, primeramente, habrá que encontrar una autoridad competente, que brilla por su ausencia en la Malagueta desde que el político de turno defenestró a José Luis Fernández Torres. Si seguimos quitando la liturgia, la compostura hasta en la vestimenta, a la fiesta no la va a conocer ni la madre que la parió.