El Alm (r) de la Armada de Perú escribe en el blog amigo http://www.planteamientosperu.com el siguiente artículo, que por su interés reproduzco íntegramente:
El pasado día 20, en la Región chilena de Arica y Parinacota, por inmediaciones del paso fronterizo chileno de Chacalluta y cerca a la frontera con el Perú, se produjo por efectos del invierno altiplánico una abrupta crecida del río Seco en la Quebrada Escritos –que corre paralela a la frontera con el Perú– cuyo desborde llegó hasta la Ruta 5 (Carretera Panamericana en Chile) llevando consigo gran cantidad de minas antipersonales y antitanques instaladas en la década de los 70 por los chilenos en su frontera con el Perú.Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario Expreso, fecha 25 de febrero de 2012
El asunto fue muy grave, ya que en la desembocadura de la quebrada habían más de 200 minas flotando por el caudal, algunas explotaban en el cauce y más de 30 se detonaron; otras fueron arrastradas 10 kilómetros hasta la línea férrea Arica-La paz, y unas 160 llegaron al mar, pudiendo ser arrastradas hacia nuestro litoral. Se cerró la frontera cortándose por 3 días el transito vehicular entre Tacna y Arica y se bloqueó el paso por el borde costero desde el río Lluta hasta el hito N°1, además, la Marina chilena estableció una zona de exclusión de 3 millas en la costa para evitar ingreso de embarcaciones.
En este contexto, hace 38 años (1974) el gobierno militar del general Pinochet, con el argumento de una inminente invasión del Perú, y según ellos, obedeciendo a una “estrategia defensiva” –no aceptada en ningún lugar del mundo– sembró en la Comuna Arica de la ex Región Tarapacá –actualmente Arica-Parinacota– una cantidad indeterminada de minas de fabricación belga, entre antipersonales PRB M35 y antitanques PRB M3. No existen datos precisos sobre su sembrado en esta Comuna; según cifras de la Comisión Nacional de Desminado fueron 137,717, sin embargo, para el secretario ejecutivo de dicha comisión, coronel Juan Mendoza, “no hay un conteo exacto de cuántas fueron instaladas”, además, según un informe de 2001 de la ONG International Landmine Monitor, en territorio chileno existen entre 500,000 y 1’000,000 de minas.
Bajo este panorama el tema de las minas chilenas en Arica es muy grave y el gobierno peruano, en el marco de la Convención de Ottawa –Chile la suscribió en 1997 ratificándola el 2001–, debería reiterar a este país que actúe con mayor firmeza en el proceso de su eliminación total. En abril de 2007 el Perú requirió a Chile ante la OEA que apresure su proceso, pero no hubo respuesta. Ya se han registrado 25 casos de explosiones que han matado, herido o mutilado a ciudadanos peruanos. El plazo para eliminar todas sus minas, vencía en marzo próximo, pero Chile ha pedido una prorroga de 8 años, que a este paso volverá a incumplir.
De las 137,717 minas que según la Comisión de Desminado existen cerca a nuestra frontera, en los 10 últimos años solo se han destruido unas 11,000 (menos del 8%), y en las 126,717 restantes, su contenido de explosivo tetryl y trialeno, que se activa por presión, mantiene su alta sensibilidad y letalidad.