Revista Ciencia

Desenmascarando cometas 1

Por Marathon

Mientras la oscuridad cae sobre las montañas de Santa Catalina en California el 11 de diciembre de 2010, el Doctor Steve Larson trabaja en la sala de control del Telescopio Schmidt de 70 cm en el Observatorio de Santa Catalina. Por encima de la cúpula del telescopio, más allá de las ramas más altas de los pinos que pueblan gran parte de estas montañas, el cielo está claro. Con las estrellas parpadeando en el cielo, el enorme telescopio se mueve listo para la acción. El telescopio explora los cielos y registra imágenes en una cámara CCD. Ajena a Larson, la cámara captará esta noche algo extraordinario sucediendo a millones de kilómetros de distancia. Se trata de un objeto que puede cambiar nuestra perspectiva de los asteroides e incluso aportar valiosa información sobre la historia de la vida en la Tierra.
Desenmascarando cometas 1

Representación artística del Cinturón Principal de asteroides
El telescopio de 70 cm forma parte de un ambicioso proyecto llamado Catalina Sky Survey, cuya finalidad es la caza de objetos potencialmente peligrosos o PHA por sus siglas en inglés. Estos grandes asteroides o cometas pueden potencialmente acercarse peligrosamente a nuestro planeta, e incluso impactar contra la Tierra en algún momento del futuro. Hoy en día se conocen 1100 de estos objetos, pero es probable que existan muchos más, encontrarlos es la tarea que realiza el Sondeo Catalina Sky Survey. "Se trata del único sondeo que abarca todo el cielo", explica Larson. "Para conseguir esto empleamos tres telescopios Schmidt de 70 cm, un reflector de 1,5 metros en las montañas al norte de Tucson y un telescopio Schmidt ubicado en el Observatorio de Siding Spring en Australia.
A medida que transcurren los días la búsqueda de estos asteroides implica tomar varias imágenes de un campo de estrellas específico en distintos momentos para investigar si algo se mueve. Actualmente los ordenadores son los primeros en buscar objetos vagabundos cruzando por los campos de estrellas. Sin embargo, es necesario el trabajo de un astrónomo profesional para terminar el trabajo. "Buscamos objetos en movimiento que encuentra el software en cuatro imágenes del mismo campo", explica Larson.
"Los objetos marcados por el software de detección son después validados por un observador que mediante la técnica del parpadeo de imágenes y los evalúa." Si Larson o uno de sus colegas cree que el objeto vale la pena de investigar, entonces se analiza su movimiento para calcular si su trayectoria lo convierte en un objeto cercano a la Tierra o NEO. En esta noche en particular, el telescopio del Observatorio Catalina explora un área en la constelación de Leo. Mientras Larson examina los objetos en una imagen algo capta su atención. Se trata de un objeto con apariencia difusa, similar a un cometa. "Puesto que era muy brillante supuse que era un cometa conocido", recuerda. "Pero al buscarlo en la base de datos de cometas y asteroides, estaba claro que se trataba del asteroide Scheila del Cinturón principal."
296 Scheila es una roca de 113 km de ancho ubicada en el Cinturón Principal de asteroides. Esta vasta región en forma de rosquilla, está limitada por las órbitas de Marte y Júpiter, extendiéndose entre 315 y 495 millones de kilómetros de distancia al Sol. Scheila fue descubierto orbitando en esa región en 1906. Desde entonces se había considerado como un asteroide más del cinturón. Sin embargo, gracias al descubrimiento de Larson la historia toma un interesante giro.
Continuará...


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