Vuelve a salir a la palestra el asunto de las paradas irregulares de las furgonetas en el Centro Comercial de Los Rosales. Hoy, en el programa Cita en María Pita, una señora llamó quejándose amargamente de los abusos que cometen los transportistas en esta zona. Como bien podéis ver en las fotografías, los peatones tienen que arriesgarse a circular en un tramo curvo, por la carretera, porque la zona está plagada de vehículos de reparto. Y lo más sangrante es que esta zona es una zona escolar, por la que pasan docenas de niños cada día.
La señora lo explicó muy bien. En la acera de enfrente no hay acera y además, algunas furgonetas también aparcan ahí. En la acera del Centro Comercial quitaron bolardos para poder aparcar encima de la acera; otros aparcan encima del paso de peatones que han enfrente de cocheras.
No pude oir la respuesta del alcalde, pero al final, como siempre, apeló a la solidaridad de los conductores con los demás usuarios de la vía pública. Esto está más que demostrado que no funciona, señor alcalde. Lo único que funciona en este país es la presión policiál, las multas y las barreras físicas; sin estas medidas, el abuso está garantizado y en estos casos, quien siempre lleva las de perder es el peatón.
Algunos comentaristas decíais que el acceso para las cargas y descargas de la calle Manuel Azaña es exclusivo de Carrefour. Pues perfecto, porque muchas de las furgonetas que ocupan esta zona peatonal se dedican al reparto a domicilio de este hipermercado, con lo cual no tienen disculpa alguna para abusar de los peatones.