Como estaba previsto el viernes 26 Jordi Pujol acudió al Parlament a un acto totalmente inútil, que no aclaró absolutamente nada y que solo sirvió para el lucimiento personal de dos de mis políticos más “admirados”: Alicia Sanchez Camacho y el propio Jordi Pujol.
Como era de esperar la comparecencia no sirvió absolutamente de nada, no se aclaró nada, y solo sirvió para oír otra bronca de Jordi Pujol, muy similar, o al menos a mi me lo pareció, a las que dedicaba a quienes se atrevían a denunciar casos de corrupción de gente de su entorno. Me recordó aquellas broncas tanto por la forma airada y dura como por el contenido, dando lecciones de moral y de honestidad. La bronca me recordó en especial otra que dedicó a los que en 1994 aportaron pruebas para que el juez imputara a su cuñado Antoni Subirá, miembro de su gobierno, en el caso “Mas Blau” relacionado con unos terrenos adyacentes al Aeropuerto del Prat. También contribuyó a completar la sensación de que se estaba contemplando algo inútil, absurdo y vomitivo uno de los mayores y más sonoros rebuznos de los muchos con los que siempre nos ha regalado Alicia Sanchez Camacho.
Nunca entenderé, o quizás entiendo demasiado, el hecho que ante casos graves de corrupción se montan muchos y grandes espectáculos judiciales y parlamentarios, procesos paralelos en los medios de comunicación, comparecencias, investigaciones parlamentarias todavía más inútiles, idas y venidas judiciales que alimentan el juego de la confusión, etc., pero en ningún caso se centran en lo que se hace en estos casos en países civilizados: investigar los asuntos muy a fondo, por todos los medios posibles y evitando el secretismo, hacer totalmente públicos los resultados de la investigación y un proceso judicial rápido y eficaz. En España jamás se ha tratado de esta forma ni un solo caso de corrupción.
En su bronca de ayer Jordi Pujol afirmó a gritos que se había desnudado frente a la opinión pública, pero como casi todo lo que dijo gritando era falso, porque con afirmar, justo antes de que el hecho se hiciese público, que mantuvo una cifra importante depositada en Andorra no solo no se desnuda sino que ni se ha aflojado el nudo de la corbata. Desnudarse quiere decir aportar documentación de la famosa herencia o cualquier documento que aporte evidencia del verdadero origen de los fondos depositados en Andorra. Mientras solo conozcamos el contenido de su confesión estamos igual que si hubiese confesado un asesinato pero hubiese ocultado a quien asesino, donde, cuando y de qué forma.
Lo que yo vi en la comparecencia fue que se desarrolló normalmente, con los grupos haciendo preguntas, de las que me gustaron por concretas las de Gemma Calvet de ERC, Iceta del PSC y Herrera de ICV, a las que Pujol no dio respuesta alguna ni demostró el más mínimo interés en hacerlo. Pero al final tomo la palabra la mula que se puso a rebuznar como una loca, y Pujol vio el cielo abierto para evitar ser cosido a más preguntas que no iba a contestar y se decidió por la bronca, siguió otro turno en que los representantes de los partidos le echaron en cara que encima diese lecciones y prácticamente ya no hubo tiempo para más, y todo el mundo se fue a su casa como había llegado, aunque mucho más sonrojado.
Desde el 25 de julio en que Pujol confesó vaya usted a saber qué, y posiblemente porque he tenido siempre mala opinión del personaje, está creciendo mi sospecha que las corrupciones y corruptelas de la familia Pujol son mucho mayores y vienen de mucho antes de lo que aparentan. En el Parlament a Pujol se le escapó algo que aparentemente pasó desapercibido pero que a mí me dejó muy sorprendido, casi perplejo. Dijo que su padre Florenci Pujol amasó una considerable fortuna en el negocio de las divisas y el algodón. O sea, en el estraperlo, una actividad que no era totalmente ilegal y hacía muy ricos a quienes la practicaban. Cualquier particular o empresa que quisiese importar algo en los primeros años del franquismo tenía dos problemas: primero obtener una licencia de importación, que para los productos más importantes solo se conseguían a través de personas que figurasen en una lista muy corta y restringida de adictos sumamente leales al régimen. Una vez obtenida la licencia se debían procurar las divisas para poder pagar lo importado, divisas que se conseguían de la misma forma y junto a la licencia de importación o en el mercado negro, controlado también por los mismos estraperlistas. Lo que realmente acababa pagando el comprador final multiplicaba varias veces el coste real de la importación, y la muy sustancial diferencia ingresaba directamente en el bolsillo del estraperlista. En Catalunya hubo un muy considerable estraperlo con las balas de algodón para suministro de las fábricas textiles, y la presión de los precios de las materias primas fue de tal nivel que a pesar de la época de bonanza de la industria que supuso la neutralidad de España en la II Guerra Mundial, muchas empresas textiles tuvieron serios problemas y algunas, incluso de las importantes, fueron adquiridas por los mismos estraperlistas. Como que no me creía que el padre de Jordi Pujol se dedicase a un negocio reservado para los incondicionales del régimen franquista he revisado a fondo toda la información sobre Florenci Pujol en Internet, y, aunque no se mencionan directamente negocios relacionados con el algodón, todas las referencias mencionan que, junto con las divisas, Pujol padre tenía actividades en el puerto de Barcelona en compra-venta, negocios, etc., y en esa época esto, acompañado de negociar con divisas, indica claramente actividades de estraperlo.
Si a este precedente de Pujol padre favorecido por el franquismo añadimos el resumen que hago a continuación de la corta historia de Banca Catalana, quizás alguien pueda entender algo y explicarlo, pero yo no solo no entiendo nada de nada, sino que prefiero no darle más vueltas porque la conclusión podría fácilmente ser que hemos sido objeto de una inmensa tomadura de pelo.
Posiblemente con el producto de sus negocios en divisas y algodón, en 1959 Forenci y Jordi Pujol, junto con Francesc Cabana compran la pequeña Banca Dorca de Olot, la trasladan a Barcelona y la transforman en Banca Catalana. Alrededor de las mismas fechas de la compra de la mencionada banca Florenci Pujol y su socio Moisés David Tennembaum sufren una fuerte sanción por tráfico de divisas, pero a pesar de ello el BdE autoriza la compra, traslado y transformación en Banca Catalana, otra demostración de que Pujol padre era muy bien valorado por el régimen.
A partir de 1960 Banca Catalana es objeto de una fuerte expansión abriendo oficinas en toda España, absorbiendo otros bancos y creando el Banco Industrial de Catalunya y en 1981, justo antes del colapso, es el décimo banco español y el primero de Catalunya. Pero casi en paralelo, a consecuencia de los hechos del Palau de la Música, en Junio 1960 un tribunal militar condena a Jordi Pujol a 7 años de cárcel, y aunque en los juicios militares de la época normalmente se cumplía toda la pena e incluso en ocasiones, como ocurría con los líderes sindicales, se alargaba, es liberado en 1963, sin que la condena por actividades contra el régimen de uno de los principales accionistas supongan aparentemente el menor inconveniente para que el BdE autorice la descontrolada expansión de Banca Catalana. Florenci Pujol fallece en septiembre 1980 originando la famosa herencia. En 1982 el BdE interviene la Banca cuya gestión se confía en 1983 a un consorcio de bancos y en 1984 se la queda Banco de Vizcaya que al cabo de unos años la absorberá totalmente. La fiscalía inicia en 1982 una querella contra el consejo de administración de Banca Catalana, en la que en 1984 incluyen a Jordi Pujol, que desde 1980 es Presidente de la Generalitat, pero en 1986 la Audiencia de Barcelona lo excluye de la lista de inculpados, y en 1990 la misma Audiencia de Barcelona decide, a pesar de la extrema gravedad del caso, el sobreseimiento de la causa sin condenar ni exigir responsabilidades a ni uno solo de los gestores de la Banca, y sin que se hiciese público un solo dato de verdadera relevancia referido al caso.
¿Verdad que en esta historia hay varias cosas que no acaban de encajar?, un banco de crecimiento precipitado y gestión temeraria frente al que el BdE no toma medidas a pesar de que uno de sus fundadores y gestores es un enemigo del régimen que ha incluso padecido pena de prisión, todo ello originado gracias a las elevadas ganancias en una actividad reservada a importantes franquistas sin mácula. Los que no vivisteis el régimen de Franco seguramente no entendéis nada, pero los que conocieron la dictadura saben que las normas no se aplicaban tanto en función de su contenido y de los hechos, como de a quien se referían. Me da la impresión de que no perdería la apuesta si me jugase algo a que el origen de los fondos de la familia Pujol en el extranjero es Banca Catalana.
Lo que voy a escribir ahora es una soberana barbaridad, pero ¿Quién sabe?, podría encajar con todo lo explicado. ¿No será que Jordi Pujol fue el instrumento que se le ocurrió a algún franquista inteligente para controlar Catalunya y evitar el gravísimo problema que el régimen preveía a la muerte del dictador?.
Desde que en los 80 formaba parte de una reducida minoría que tenía pésima opinión de Jordi Pujol pienso que los catalanes estaban hipnotizados por el personaje, porque lo consideraron el padre de la patria todo y que junto con una actitud no ya permisiva sino de apoyo y defensa de los corruptos y la corrupción en general, que delante suyo no se podía ni mencionar bajo riesgo de una bronca como la del Parlament, desarrolló una pésima gestión pública, y no supo defender en absoluto los intereses de Catalunya, se rindió en la reclamación del concierto económico, y las varias revisiones del Estatut y de las condiciones de financiación de la Generalitat, a pesar que fueron siempre presentadas como grandes éxitos, en realidad eran a cual peor y nunca llegó a superar la situación de déficit financiero. Lo curioso es que muchos siguen hipnotizados porque en la mayor parte de las encuestas rápidas que han hecho los medios de comunicación sobre si Pujol hizo bien pegando la bronca a los partidos políticos en el Parlament, una larga mayoría opina que hizo lo que debía. No entiendo porque desde Madrid se empeñan en poner todos los palos en las ruedas posibles a la independencia de Catalunya, porque realmente somos unos tipos muy raros.
Lo que viene a continuación es la versión Batllori de la bronca en solo tres geniales dibujos que publicó La Vanguardia del sábado 27.