Revista 100% Verde

Desierto y más desierto en “Furiosa: de la serie Mad Max”

Por Caretheearth @CaretheEarth

Habéis echado un vistazo a la cartelera últimamente? Seguro que en algún reportaje o noticia habéis visto la alfombra roja de Chris Hemsworth, con un papel megaprotagonista en la nueva entrega de Max Max; y a Elsa Pataky, la actriz española que además es su esposa y tiene un pequeño cameo al principio del metraje.

Desierto y más desierto en “Furiosa: de la serie Mad Max”

Si os gustan las motos, os encanta la acción y sois más de desierto que de mar, os recomiendo que no os perdáis esta película coprotagonizada por Anna Taylor-Joy, que narra una historia de 15 años por episodios; es una precuela de la anterior Mad Max que brilla con luz propia, tiene un gran trabajo detrás y no edulcora las escenas. 

El desierto, con tormentas de arena incluidas, es el telón de fondo -y de frente- de una historia que abarca la infancia y adolescencia de Furiosa, una sobreviviente a las circunstancias que hace lo imposible para mantenerse a salvo en una sociedad -por llamarla de alguna forma, porque me suena casi burocrática- en la que predomina el rol masculino, relegando a la mujer a concubina del poderoso que se dedica a engendrar y parir hijos. Y pobre de ella como no salgan niños (en masculino) sanos.

El desierto. Ese lugar inhóspito donde los animales están claramente adaptados al medio para su supervivencia. Ha sido centro de algunas películas más: desde la futurista “Dune”, con gusanos gigantes, hasta otras con egiptólogos incluidos como “La Momia”, pasando por romances imposibles como “El paciente inglés”, y no podemos olvidar “Lawrence de Arabia”.

Lo dicho. Si queréis desierto para aburrir -pero no os aburriréis- pasad por los cines a ver “Furiosa: de la serie Mad Max” y juzgad por vosotros mismos la espectacularidad desértica que ofrece. 


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