Uno de los mejores momentos como entrenador, al menos el mío, es en el que te pones delante de un papel y un bolígrafo e intentas adivinar, descifrar qué ocurrirá en el próximo partido, cómo va a salir el rival, cómo te va a defender y cómo te va a atacar, sus transiciones y por supuesto como va a salir mi equipo. Claro está, no siempre sale como lo imaginas ni como esperas, pero si no lo trabajas, el azar puede que no esté de tu lado. Con motivo del partido del sábado, voy a plasmar lo que yo haría, en primer lugar como entrenador del Real Madrid y posteriormente como si fuera el inquilino del banquillo rojiblanco.
En primer lugar decir que el equipo más preparado y capacitado es aquel que no modifica su idea de juego o estilo, sino el que se adapta a su rival explotando sus defectos y minimizando sus virtudes.
En la cabeza de Zidane
El Madrid es el gran desconocido, tanto puede salir a llevar el peso del partido queriendo ser protagonista con el balón como todo lo contrario. En mi opinión es, de los grandes equipos de Europa, el que más carece de identidad. Es el más camaleónico en el mal sentido. Tenemos claro el once: Navas; Ramos, Pepe, Carvajal, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric; Cristiano, Benzema, Bale, con el francés como punta cayendo y viniendo a recibir.
A la hora de defender al Atlético de Madrid lo esperaría en un posicionamiento plegado, dejándole llevar la iniciativa sin presionar nunca el primer pase sino el pase entre lineas a Saúl o Koke, y adoptaría un sistema 4-4-2 para que las ayudas fueran más próximas. Este Atleti no se siente a gusto teniendo el balón de inicio en las grandes citas. Sí en las transiciones donde con el rival roto enlaza dos pases y busca el espacio con Torres como punta de lanza. Para estas situaciones de perdidas en campo contrario obligaría al jugador más cercano al balón a presionar para forzar el pase atrás y que le dé tiempo a los compañeros a replegar 15 metros. Los de Simeone volverían a iniciar y tener dificultades para progresar recibiendo de su propia medicina, un bloque en 25 metros, compacto y solidario, como lo fue en el Camp Nou. El diferencial está en la intensidad que unos y otros impriman.
A la hora de atacar lo tengo claro, los rojiblancos son expertos en proteger los pasillos interiores, impenetrables para cualquier equipo, sino que se lo digan a Luis Enrique o Guardiola. Un servidor buscaría abrir el campo bien con laterales bien con extremos y buscar constantemente situaciones de centro - remate, y de no rematar, ganar la segunda jugada para buscar portería. Obligado finalizar para evitar disgustos mayores. Intentar jugar por dentro es caer en la trampa, no es partido para Benzema por dentro, sí puede serlo por fuera, el francés se ahogaría por dentro con las ayudas de Gabi y Augusto a los centrales. La clave para buscar el desequilibrio por fuera es generar una circulación de balón completa de lateral a central o lateral contrarios, inerte, sin provocar nada en el rival más que la basculación y así buscar ese balón interior que los cierre, una descarga y balón en profundidad al lateral correspondiente al carril más alejado. Saúl o Koke estarán cerrados en la ayuda interior y los laterales pendientes de Cristiano y Bale que cerrarán para dejar vía libre a sus laterales.
La clave para llevarse el partido está en defender bien, principalmente en las transiciones. Lo que diferencia a este Atlético de otro equipo cerrado a cal y canto (no quiero mencionar ninguno para no herir sensibilidades) es la transición defensa - ataque. En donde otros naufragan entregando el balón al rival para volver a esperarlos, los de Simeone nadan como pez en el agua, tienen unos mecanismos muy bien asimilados aparte de calidad para poder ejecutarlos. Cabe esperar que con los jugadores que posee el entrenador galo dispongan de alguna ocasión aún haciendo un mal partido en ataque. El error penaliza en todos los sentidos.
En la cabeza de Simeone
Este once presenta más que dudas, incógnitas, saber si saldrá Savic o Giménez acompañado a Juanfran, Godín y Filipe Luis, sólo lo sabe el cuerpo técnico rojiblanco. En el medio se intuyen los Koke, Gabi, Augusto y Saúl, aunque si sale a buscar al Madrid arriba podría optar por sacar a Augusto, meter a Koke dentro e introducir a Carrasco. Arriba la dupla Griezmann - Torres parece innegociable.
No tengo duda de que el partido va a ser lo que el entrenador argentino quiera. Se va a bailar al son que marquen los del Manzanares, son especialistas en eso, concentración, ideas claras y calidad para llevarla a la práctica. Creo que los primeros minutos del encuentro el Atlético presionará arriba para evitar que los blancos se asienten en el partido y se sientan cómodos. Correrán ese riesgo que supone dejar a Cristiano y Bale espacio a la espalda de su defensa pero también son sabedores que la calidad de los blancos no es la del FC Barcelona o el Bayern y que pueden complicarles la vida si consiguen robar en tres cuartos. En caso de que Ramos o Pepe busquen balón largo... segunda jugada siempre para el Atleti, dominadores en esta faceta.
Pasado el primer cuarto de hora puede que la dinámica cambie y los esperen en un posicionamiento plegado, con Griezmann y Torres pegaditos a Kroos y Modric, pero delante de ellos, dejando que Ramos, Pepe o Casemiro tomen la iniciativa, conocedores de las dificultades que éstos tienen en la salida de balón. En ese momento será donde peor lo pase el Madrid pues atacar al Atlético en posicional se antoja harto complicado.
La fase ofensiva dependerá de lo que opten por hacer en fase defensiva por un lado y como decida el Madrid defender. Si defienden hundidos el contragolpe será su arma. Con Griezmann como referencia pivotante entre lineas y Torres rompiendo para alargar a los de Zizou. Si los blancos esperan a sus vecinos la opción pasa por buscar superioridades por fuera con Juanfran y Koke o Filipe Luis y Saúl con Torres buscando el remate y el francés molestando entre líneas para provocar desajustes en la defensa rival.
Saber lo que sucederá es muy complicado, los condicionantes una vez empezado el partido se disparan, una expulsión, un gol tempranero, una lesión... Como siempre digo, el fútbol es un juego de errores y este partido no va a ser menos. Imagino un partido de pocos goles, aunque todo puede ser. Luego hay que tener en cuenta las variantes que aportan la gente de refresco, pues no es lo mismo que juegue Lucas Vázquez, Isco o James por un lado o Carrasco o Correa por el otro.
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