Revista Televisión
Este domingo, la ABC emitió la series finale de una de sus series estrella: “Mujeres Desesperadas”, nacida, junto a “Perdidos” y “Anatomía de Grey”, en aquella fructífera temporada 2004/2005. Una serie de estas características no podía despedirse sin más, así que, muchísimos blogueros, a iniciativa de las chicas de Con Series y a Lo Loco, hemos decidido rendirle el tributo que merece con este “Desperate Housewives Bloggers Day”. ¿Qué me toca comentar a mí? A una de las cuatro protagonistas: Gabrielle Solís, que siempre fue, junto a Lynette, mi desesperada favorita. No creo que sea necesario advertirlo, pero por supuesto, los spoilers van a estar presentes en todo el texto.
"Hija, ya tienes 6 años. Creo que es el momento de tener una charla de madre-hija. La familia de tu padre es basura. ¿Alguna pregunta?"
Gabrielle Solís (apellidada Márquez de soltera) fue, de las cinco desesperadas (contando a Mary Alice), la última en llegar a Fairview; lo hizo en 2003. Y en el primer encuentro con sus vecinas, nuestra querida Gabi estaba en bragas y sujetador. “¿Recién casados?” le preguntó Mary Alice. Efectivamente, 4 meses. Antes de su vida de casada, Gabi era una modelo de éxito que copaba las portadas de todas las revistas de moda. Hasta que Carlos Solís, multimillonario, se cruzó en su vida. Y entonces Gabi pasó a vivir de su marido. Pero la alegría poco les duró. Un año después de mudarse, y harta de estar sola en casa por todo el trabajo de su marido, Gabi decide acostarse con John, su (joven) jardinero. Lo que comienza como una forma de hacer frente a su pataleta, termina convirtiéndose en un affaire con todas las letras. ¿Quién sería capaz de volver a casa, en plena fiesta, para cortar el césped que no ha cortado tu jardinero por estar acostándote con él? Gabi terminó la primera temporada embarazada, pero poco después de comenzar la segunda perdió al bebé y descubrió que no podría tener hijos. En este momento de crisis, hizo su aparición la hermana Mary Bernard, que se encargó de asistir a Carlos en su estancia en prisión (por agredir al jardinero equivocado al descubrir que Gabi tenía un amante). La hermana Bernard resultó ser una monja loba con piel de cordero, y después de un discusión con Gabi en la iglesia, termina siendo enviada a Alaska. Carlos y Gabi están decididos a ser padres, y por ello contratan a una stripper para que les venda su bebé; no sale bien el negocio, y Xiao-Mei, su empleada del hogar, se convierte en su nueva madre de alquiler. Gabi no cuenta con que su marido vaya a sentirse atraído por ella, y mosqueada por que tengan una posible relación, llena la casa de walkies para bebés y así salir de dudas. Efectivamente, Gabi les pilla con las manos en la masa, echa a Carlos de casa y a Xiao-Mei le obliga a quedarse con ella hasta que nazca el bebé. Por supuesto, trabajando. Así es Gabi, una mujer egoísta, autoritaria y caprichosa. E infiel. Como curiosidad, recordaros que Gabi, al funeral de Mary Alice, llevó una paella.
Al comienzo de la tercera temporada, y durante la boda de Bree, Xiao-Mei se puso de parto, y para sorpresa de todos, el bebé resultó ser negro. Por supuesto, Gabi rechaza al niño. Pero no es el único de sus problemas: en pleno divorcio de Carlos, el matrimonio, el mismo día en que Lynette y Julie Mayer son retenidas en el supermercado en el fantástico “Bang!” (3x07), destroza su casa, ya que ninguno de los dos está dispuesto a salir con menos de lo que quieren en el divorcio. Gabi termina la temporada casada con Victor Lang, alcalde de Fairview, al que engaña el mismo día de su boda tras descubrir que lo único que le interesa de Gabi es que le va a conseguir el voto latino en las próximas elecciones. Y entre medias, Gabi se puso a dar clase a niñas pequeñas para aprender a ser modelos, una trama divertidísima que sacó a la luz a la Gabi más cruel, además de convertirse en el objeto de deseo de Zach, el hijo de Paul y Mary Alice.
La cuarta temporada la comenzó dispuesta fugarse con Carlos, pero tras el intento de suicidio de Edie (que por aquel entonces era pareja de Carlos), sus planes desaparecen. Eso sí, siguen viéndose y manteniendo una relación. Hasta que Edie les descubre y lo pone en conocimiento de Victor. Después de dar a Victor por muerto (en una peculiar pelea en un barco), Gabi y Carlos deciden abandonar Wisteria Lane. Pero esta vez, la cuestión monetaria es lo que se lo impide. Eso, y el tornado que destroza el barrio, y que nos dejó a Gabi y Edie protegiéndose la una a la otra. El tornado deja a Carlos ciego y Gabi sin marido. Así que es el momento perfecto para casarse de nuevo; aunque las circunstancias económicas les son mucho más desfavorables. Por ello, alquilan una de las habitaciones de su casa a Ellie, que resulta ser una traficante de droga.
Con el salto en el tiempo que dio la serie en su quinto año, nos encontramos con una Gabi desmejorada, madre de dos hijas (Juanita,por siempre “Juaniraaaaaa” y Celia). A estas alturas de la serie, Gabi había sobre sus espaldas con multitud de infidelidades, crisis matrimoniales, varias bodas, una viudedad y la ceguera de su marido. Gabi es más vulnerable que nunca. Carlos recuperó la vista, y terminaron acogiendo a Ana, su sobrina, en casa. Una sobrina ligerita de cascos y obsesionada con ser modelo. En la séptima, el personaje de Gabi sufrió una crisis que no hizo ningún favor a su personaje. Tras descubrir que Juanita no es su hija, y encariñarse con la suya verdadera, termina perdiéndola. A los guionistas no se les ocurrió otra cosa que hacer que Gabi viese en una muñequita a su hija biológica. Se les fue la pinza, y la trama fue un tanto terrible. A partir de esa temporada, Gabi no ha hecho otra cosa más que crecer. Crecer y convertirse en toda una revelación cómica (imposible evitar la carcajada en todas las escenas que ha tenido Gabi dentro de un coche en la octava temporada, o recordándola al más puro estilo "300" con su grito "Espartaaaaaa!"). Además, en este último año Gabi se ha convertido en el pilar de la familia, al haber abandonado Carlos su empresa y ella haber empezado a trabajar como shop assitant. Pero además de disfrutar, hemos sufrido con ella. La aparición de su padrastro, que abusó de ella cuando era joven, y su muerte a manos de Carlos, llevó a nuestras Desesperadas a unirse más que nunca.
Gabi ha sido la más cómica de las cuatro (no confundir con Susan, que ha sido la más patética/ridícula, pero en el buen sentido). Sus enfrentamientos con Edie son buena prueba de ello. Pero cuando le ha tocado sufrir, lo ha hecho tan bien como las demás.
Eva Longoria era la más desconocida del cuarteto protagonista pero le costó muy poco conquistar a la audiencia, y no sólo por su belleza, sino que dejó claro que era más que una cara bonita. De hecho, no hemos sido pocos los que llevamos pidiendo una nominación en los Emmy y en los Globos de Oro para Eva Longoria, la más infravalorada del reparto.