Sam no puede decir lo mismo. Hace una semana que no se despierta. ¿Y qué le pasa a la protagonista del libro que hoy nos toca? ¿Tiene alguna enfermedad que le altere el sueño? No. Definitivamente no. Lo que le ocurre es algo mucho peor: está muerta, y para colmo, se encuentra atrapada en el tiempo.
Doce de febrero. Día de San Valentín. (Lo sé, de toda la vida es el 14 pero por una extraña razón para la autora es antes). Sam está ilusionada al igual que sus tres mejores amigas: Lindsay, Ally y Elody. Las cuatro son populares así que fijo que recibirán muchas rosas.
Son "la crème de la crème". Hacen lo que quieren, simple y llanamente. Su entorno, el instituto, las valora por ello. Son atrevidas, inteligentes y atractivas pero también son hipócritas, superficiales y miran a los demás por encima del hombro. De puertas para fuera son perfectas, lo que cada una tiene en casa, excepto nuestra protagonista, es otro cantar. Las apariencias son lo primero (para ellas).
Samantha es nuestro hilo conductor, será la narradora de un libro a lo "americano". ¿El escenario? El instituto. ¿Los personajes? Los diferentes grupos que en él estudian. Tenemos desde los frikis hasta los empollones pasando por los populares (no podía ser de otra forma).
En este sentido no se puede decir que sea original y en lo que se refiere al eje central de la historia tampoco. Aunque... ¡qué más da! Creedme que os dará igual esto y os gustará. Disfrutaréis leyéndola.
Lo siento, me voy por las ramas. El caso es que ella tiene todo lo que desea. Vale que no es rica (tampoco se puede quejar) pero sí famosa (en su pueblo) lo que le abre muchas puertas. Desde hace años soñaba con estar con Rob, uno de los populares, ahora lo ha conseguido. Lleva (pocos) meses con él y esta noche será la GRAN noche. Por fin llegarán hasta el final aunque no esté muy segura de hacerlo.
Sin embargo, todo se va al traste. Añadamos un escenario más: una enorme casa. Ahora, sumémosle una fiesta. ¿Qué nos sale? Desmadre y algo más...un accidente con una víctima mortal: Sam. Pero Sam no está muerta, revivirá ese día, el de San Valentín y la juerga, una y otra vez, hasta siete veces. Se dará cuenta que cambiar las cosas está en su mano y aunque sea demasiado tarde, se verá a sí misma, o mejor dicho, verá como la ven los demás. La cosa no pinta bien, evidentemente. Unos la odian (y con mucha razón) y otros la aman.
Entre el primer grupo está Juliet Sykes, entre el segudo Kent, el chico de la casa, el que lleva queriendo a Sam desde primaria aunque ella lleve más de siete años pasando de él. En fin, así es el amor.
Es difícil empatizar con Sam y sus amigas, más que nada porque tratan mal a todo aquel que no es de su círculo pero poco a poco les vas cogiendo cariño. Una cosa que no me ha gustado de ella, aparte de esto, es que califique como "estúpida" la saga Harry Potter (página 235). Por ahí no paso.
Bromas a un lado, los personajes están bien retratados y uno se hace perfectamente a la idea de cómo son más psicológicamente que físicamente eso sí.
Tiene frases para reflexionar y moraleja, al menos bajo mi punto de vista. Os comentaba antes que no es original el eje porque se le da un aire a otras obras. A mí, en particular, me vino a la cabeza la película El efecto mariposa (os la recomiendo).
Aunque se repita hasta siete veces el mismo día, cada jornada es nueva porque vamos atando cabos y descubriendo a más personajes. La novela de Lauren Oliver no se hace pesada (era una de las cosas que temía) pese a parecer lo contrario.
La presentación de Si no despierto es sencilla. La letra es grandecita (mejor que mejor) y la portada blanda aunque, a fin de cuentas lo que importa es el interior y merece la pena. En pocas palabras: ¡¡Al ataque si no habéis ido a por ella ya!!.
Agradecimientos SM
¡A soñar bonito devorador@s!
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