La crisis, queramos o no, nos ha cambiado a todos. Los que robaban porque han intentado robar más, por si se les acababa el chollo, y los demás, no hemos delinquido, pero ganas no nos ha faltado.
Ahora lo que hago, para no pecar, al menos por mentiroso, directamente no supongo, por aquello de que la carne es débil.
Pero aquel que no haya cambiado que tire la primera piedra. Por ejemplo, quién le ha visto, y quién le ve a Don Felipe González diciendo que no tiene “preferencias” entre PP y Podemos.
Siempre que nos hablan, o pensamos en alguien, tenemos una especie de “icono virtual”, al menos a este vecino del mundo le ocurre, en el que instantáneamente vemos al aludido. En el caso de Don Felipe, y teniendo en cuenta la edad de este vecino que le tocó la transición en plena eclosión de sus ideales, el que ésto escribe pasó de imaginárselo con aquel famoso traje de pena (aunque fuera nuestro Presidente, siempre lo recordaba así), a un tiempo en el que la figura del ex presidente que me persigue es la de un Felipe más que metido en carnes, salido de carnes, recibiendo cremita en traje de baño, mientras se fuma un puro. Y no sé por qué, pero en mi interior siempre tengo la sensación de que ese puro, en realidad, es España.
No se puede predicar a distancia, o como el intermitente de un coche, ahora sí, ahora no.
Más de uno de mis seguidores me dirá seguro, que hoy le he dado mucha “caña” al Señor González, y es que el momento más vulnerable del día es el despertar. Y hoy nada más despertarme, y desde las portadas de varios periódicos, el que un día fue Isidoro, me ha ofendido, y mucho, diciendo eso de que no tiene “preferencias” entre PP y Podemos.
Mientras, desde este lado, este vecino del mundo rompiendo con sus amistades para que no le tengan que invitar a nada, y evitarse gastos superfluos.*FOTO: DE LA RED