Una vez en el aeropuerto de Fiumicino la idea inicial era trasladarnos en metro hasta el hotel. Pero el cansancio hizo que decidiéramos coger un taxi cuya tarifa fue de unos 50€. Adquirimos en la oficina turística del aeropuerto la tarjeta “Roma-Pass” por un importe de 34€. Esta, incluye bono para el transporte en metro y entrada gratuita a dos museos o monumentos así como múltiples ventajas y descuentos aplicables en el resto de atracciones. Al llegar al hotel “Nautilus” procedimos con el “Check-in” quedando sorprendidas cuando al conducirnos a la habitación, esta estaba bastante deteriorada, con un olor nada agradable y sin baño. Aspecto que no se correspondía con la reserva. Finalmente, tras hablar con los responsables, el problema quedó resuelto. Aún así, no volvería ni recomendaría este alojamiento.
Habitación en Hotel Nautilus
Tras pasar la noche y descansar en el hotel, a la mañana siguiente, tocó la primera toma de contacto con Roma. El lugar elegido para comenzar la ruta fue el Coliseo. He de confesar que al verlo sentí una mezcla de sensaciones.Tras salir de la boca del metro sentí por un lado, decepción, ante todos aquellos andamios y por otro, fascinación ante la presencia de semejante maravilla. Por suerte, los andamios cubrían tan solo una pequeña parte de la fachada del anfiteatro. Eran sobre las 9.00am y, como pueden ver en el vídeo, no existía apenas gente. No dudamos y decidimos comenzar nuestra visita turística en el interior del “Coliseo“.
El Coliseo-Anfiteatro Flavio
Interior Coliseo
Interior Coliseo
A pesar de que han pasado dos milenios desde que se levantó, es increíble el estado de conservación del “Anfiteatro Flavio” . Fueron los emperadores de la dinastía de Flavia quienes realizaron esta gran obra para el pueblo. En su interior, resultó escalofriante pensar que allí tuvieron lugar combates de gladiadores, caza de animales exóticos, representaciones de batallas…. Con el tiempo estas barbaries, “entretenimientos” en la época, fueron desapareciendo.
Coliseo Interior
Coliseo
Vistas del Domus Aurea de Nerón desde el Coliseo
Esta sexta “Maravilla del Mundo” y símbolo de Roma por antonomasia, merece una visita detenida y guiada, sin duda. Muy cerca del Coliseo y de camino al “Palatino” nos encontramos con el “Arco de Constantino”. Objeto también de restauración con una gran parte de su estructura cubierta de andamios. Este fue fruto del “reciclaje” de material procedente de expolios. Pudo ser que la escasez económica de la época no diera para realizar una obra completamente nueva para conmemorar, principalmente, la victoria de Constantino I en la batalla del Puente Milvio.
Arco de Constantino
Restos arquitectónicos Palatino
Hipódromo de Domiciano en el Palatino
En el “Palatino” tampoco tuvimos que aguardar ningún tipo de fila de espera. Paseamos hasta llegar a su cima, donde Augusto construyó su morada sellando así la suerte del monte y convirtiéndose, en la época de la republica, residencia de la alta clase romana. Cuenta la leyenda que en esta colina fue donde la loba Luperca amamantó y cuidó a Rómulo y Remo.
Vistas desde el Palatino
Vistas desde el Palatino
Desde el monte descendimos hasta el “Foro Romano”, majestuosos restos arqueológicos de lo que un día fue el centro de la vida pública romana. Aún viendo el estado “ruinoso” , con un simple paseo, uno se puede imaginar la grandeza que adquirió el imperio romano y la gran importancia dada por ellos a la “edificación” a grandes escalas, de templos, arcos, basílicas….
Foro Romano
Restos del Templo de Saturno en el Foro Romano
Arco Séptimo Severo en Foro Romano
Desde el Foro nos dirigimos, tras una pequeña subida, a la Colina del Capitolio. Un espacio dominado por una hermosa plaza donde se encuentran el Palazzo Senatorio (sede del Ayuntamiento) y Museos Capitolinos. Alrededor de la plaza se descubren unas preciosas vistas de la ciudad así como de los Foros. El centro de la Piazza del Campidoglio está presidido por la imponente estatua ecuestre de Marco Aurelio. La estatua original está realizada en bronce y resguardada en el Palacio de los Conservadores.
Arco de Tito en el Foro Romano
Piazza del Campidoglio
Escalinata Cordonata Capitolina
Desde allí descendimos por la escalinata Cordonata Capitolina que al igual que la plaza fue proyectada por Miguel Ángel. Tomamos la calle de la derecha y nos condujo hasta la Piazza di Venecia donde el tráfico y la gente acabaron con la tranquilidad del paseo.Toca realizar una pausa para comer y poder recuperar fuerzas. Así que nos dirigimos hasta la llamativa “Columna de Trajano” en busca de algún restaurante.
Piazza di Venezia
Columna Trajana
Restos del Foro Trajano
La suerte hizo que nos adentráramos en una calle poco atractiva y encontráramos el “Caesar Pizza”. Una vez dentro del establecimiento comprobamos que estaba lleno de gente y el lugar nos causó buena impresión. Efectivamente, comimos bien por 8 € persona y el trato del personal fue agradable.
Restos en el Foro Trajano
Se los recomiendo 100% . Se encuentra en el “Mercati di Traiano” concretamente en la Vía Nazionale. Es muy fácil reconocer si tomamos como punto de referencia la Columna de Trajano . La calle se encuentra a pocos metros. Por otro lado, el origen de esta columna se remonta a la conquista de Dacia (actual Rumania) en la que Trajano condujo al imperio a su máxima expansión. Para conmemorar tal suceso se erigió esta columna de casi 40 m de altura sobre la que se esculpió un friso en bajorrelieve para narrar los hechos acaecidos.
Saciado nuestro apetito y repuestas nuestras fuerzas debíamos volver a coger el metro para acudir a la “Fontana Di Trevi”. Lugar en el que habíamos quedado con Daniel, del Blog Univeral Traveler. Pero esto se los contaré en el siguiente post
Por aquí les dejo un vídeo pequeñito de lo que fue esta primera parte del día