Prácticamente un año, trescientos sesenta y cinco días o doce meses, como se prefiera. Cuatro estaciones sin publicar un post en este viejo amigo que es mi blog, pero todos pasan sus crisis de identidad digital y yo no iba a ser menos.¿Por qué regreso?Puede ser que haya sobrevivido a la crisis si es que alguna vez ha existido.Puede que necesite expresar mis pensamientos en algún oscuro rincón virtual.No creo que sea una cuestión de narcisismo digital aunque vaya usted a saber.Lo más probable es que mi cambio de status haya influido y es que he colgado las botas y eso no sólo te hace ver las cosas con perspectiva, sino que además te da un plus de libertad a la hora de decir lo que uno piensa.No es que me haya tragado muchas cosas hasta ahora. Desde pequeñín ya me hablaban de mi cualidad para “hacer amigos”, es decir para hacerme incomodo gracias a mis opiniones poco recatadas. Pero si es cierto que mi nueva condición me hace un poco más libre y de ahí la refundación de este blog que, siguiendo la practica habitual en los medios, se anuncia bajo el epígrafe de “segunda época” como se puede ver en la portada.Pues nada, aquí seguimos hablando de innovación en un sentido más que amplio del tema porque el cambio y la innovación es un acto genuinamente humano y lo humano, a diferencia de lo divino, es plural y diverso.
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