Revista Cine
DESPUÉS DE MAYO
Título Original: Après mai Director: Olivier Assayas Guión: Olivier Assayas Fotografía: Eric Gautier Interpretes: Lola Créton, Dolores Chaplin, Victoria Ley, India Menuez, Nathanjohn Carter, Nick Donald, Clement Metayer, Carole Combes, Felix Armand, Mathias Renou, Félix de Givry Distribuidora: Vértigo Fecha de Estreno: 21/06/2013
Son ya muchas las películas que se están haciendo eco del caos en el que mundo está viviendo. No sólo el caso de ruina en el que estamos sumidos, sino también el levantamiento social y ciudadano que esto conlleva, algo que no habíamos visto durante mucho tiempo. Es fácil que para mirar el presente, echemos la vista atrás, así Assayas nos lleva a los acontecimientos del mayo francés, y en seguida vemos como su paralelismo es palpable con acontecimientos recientes, su juventud, al fin y al cabo, no deja de ser la misma, que vive por una idea política idealizada, levantada contra el malestar generalizado, que podemos encontrar a día de hoy entre los jóvenes del 15-M. Pero realmente Assayas tampoco busca entender los motivos de esa revuelta, ni explicarla, ni siquiera centrarse en ella. Busca los sentimientos de la juventud envueltos en un conflicto como ése, algo que la une mucho a los Soñadores de Bertolucci. Pero Assayas mira más hacia delante, no le interesa ese Mayo del 68, si no que avanza en el tiempo. Trae a unos jóvenes, cuya adolescencia empieza a aflorar, y que seguramente por edad, ni participaron en la protestas, pero con los ecos aún resonando, forman parte de ese sueño comunitario, un sueño y sus ansías de pelear.
Hay mucho en Después de Mayo de autobiográfico, lo que da a la obra un tinte mucho más personal. Gilles, el protagonista de la obra, un joven con sueños de cineasta, deseoso de convertir su primer proyecto, una película con nazis y dinosaurios, en realidad, no deja de ser un alter-ego del propio realizador. No hay que olvidar que además Assayas es un gran aficionado al cine de artes marciales hongkonés, como demostró en su época de crítico en Cahiers du Cinema, algo muy distinto a lo que suele realizar y que deja al descubierto su gusto ecléctico. La película sigue a unos jóvenes, desde finales de los años 60, cuando aún se están empezando a involucrar en los cambios que sacudieron Francia, a principios de los años 70, asimilando todos los cambios sociales, en una toma de concienciación política. Así, y viajando de Francia a Italia o Inglaterra, verán como los hechos que han acontecido en su país, también han dejado su marca por el resto de la juventud europea.
Pero al realizador no le importa la política, su alma es extrapolable a cualquier situación, la lucha comprometida, sólo es una excusa para hacer más visibles los motivos de esa toma de conciencia. De lo que en realidad habla Después de Mayo es de la necesidad de crecer, el cambio que se experimenta desde la adolescencia hasta la juventud, un tema más universal del que pueda parecer en primera instancia si nos ceñimos al marco en el que está centrada la obra. Así Assayas habla con sentimiento de la necesidad de amar, del miedo del primer amor, los primeros desengaños y la pasión. De la helada fuerza del mismo, como ese plano desolador de uno de los personajes petrificado tras enterarse de que su amada tendrá que volver a Estados Unidos, de esa pasión cuando en un cine dos manos se tocan, cuando las miradas se juntan, y la pasión explota. Habla de la necesidad del joven de ser escuchado, de que sus ideas se oigan con fuerza, que resuenen, y que también sean comprendidas. De luchar también, para que sus ideas y sus palabras no caigan en vano, para que todo aquello en lo que cree, cuente para algo. Así como de la necesidad de aprender, y de comprender toda la situación que sucede a su alrededor, y en realidad, y volviendo al marco en el que está encuadrada, de la necesidad de libertad, de la liberarse uno mismo, de las ataduras que someten desde los adultos, hasta el sistema.
Assayas sabe también encontrar a los actores perfectos para que estos sentimientos sobresalgan de la pantalla, un reparto acertado, dónde destaca especialmente una Lola Créton que ya nos había encandilado completamente en Un amour de jeunesse, y que aquí vuelve a transmitir una increíble calidez, en un personaje, que realmente tiene mucho de unión con el que interpretó en la película de Mia Hansen-Løve. Assayas rueda con acierto, maneja el tiempo con solvencia, no busca concesiones e incluso es capaz de manejar la tensión con un gran pulso, al igual que hizo en muchos momentos de Carlos, como en esa escena en la que los jóvenes entran en un colegio de noche a hacer unas pintadas. Una escena en la que ni siquiera hace falta acompañar de música, porque son los propios actos los que ponen la canción más libertaria de telón de fondo. Después de Mayo es una bellísima película sobre la necesidad de crecer, sobre los miedos y los descubrimientos que llegan tras salir de la adolescencia, Assayas lo planteo con el mimo que florece de los recuerdos. Unos recuerdos a una situación que está muy cercana a la de la situación en la que nos encontramos a día de hoy.