Comenzamos el curso. Se acabaron las vacaciones. Aún no me he incorporado al trabajo. Voy leyendo algún e-mail, informaciones, noticias… Cuesta la incorporación. Han sido unas vacaciones tranquilas. Disfrutando de la familia, de los hijos, de los nietos…, en un pequeño pueblo de Girona, en la montaña, durmiendo sin calor. Alguna salida. He estado organizando antiguos videos familiares: recuerdos, historias…
Al regreso casi todo sigue igual. Incluso en aquello de inventarse alguna guerra para pasar el rato, esgrimiendo parecidas razones que en otras. ¡Eso, sí!, ésta la promociona todo un premio nobel de la paz “en diferido” (por lo que se preveía que iba a hacer de bueno y pacífico por este mundo de Dios) y promotor de “drones” y asesinatos selectivos.
Es curioso que siempre donde los occidentales quieren salvar al mundo y evitar que otros hombres malos masacren a niños inocentes sea allá donde esos occidentales tienen/tenemos intereses estratégicos. Como si no hubiese sitios en este ancho mundo donde permanentemente se mueren niños y hombres y mujeres por las injusticias que generamos.
Son tremendas las imágenes de las personas afectadas por las armas químicas. Son aberrantes, injustas, nunca deberían permitirse artefactos que ocasionan tanto mal… Nunca debería permitirse la guerra, ni la venta de armas, instrumentos indispensables para llevarlas a cabo. Pero tanto más tremendas son las imágenes que día tras día nos sobrecogen de niños famélicos amamantados por pechos secos de mujeres que ya no tienen ni lágrimas para llorar. Y tremendo es el aumento de presupuesto —siempre extraordinario para que no se vea dentro del presupuesto anual ordinario— que nuestro país hace todos los años para armamento y entretanto los correspondientes a la sanidad, a la educación y a las aportaciones sociales y de ayuda a esos países maltratados se han recortado.
Mientras nuestros altos dirigentes de la política mundial nos rompen el corazón con las imágenes horrorosas de personas dañadas con el gas letal que mandatarios sin conciencia han permitido utilizar contra personas indefensas y así poder justificar sus guerras de intereses, Médicos del Mundo, por ejemplo, ha denunciado que, “después de un año de la entrada en vigor de la reforma sanitaria, más de 800.000 personas están sin control médico en España. El 1 de septiembre de 2012, el Gobierno español aprobó un real decreto ley que expulsó del sistema público de salud a las personas en situación irregular al retirarles la tarjeta (…) La organización recuerda el caso de Alpha Pam, el chico senegalés muerto por tuberculosis en Baleares que resultó ser la fuente primaria de un brote de la enfermedad, como un claro ejemplo. El enfermo no tenía asignado médico de familia y su historial clínico ya no figuraba en las bases de datos, lo que impidió que su enfermedad fuera diagnosticada a tiempo y que se aplicara el protocolo médico correspondiente.” (El Periódico.cat 28/8/2013)