El comienzo de “Destino oculto” nos hace pensar en otra película sobre la clase política americana y su lucha por el poder entre campañas de imagen y zancadillas múltiples. Sin embargo, a los pocos minutos George Nolfi da un giro hacia territorios de ciencia ficción para tratar cuestiones de índole existencial… y es que su guión parte de una novela de Philip K. Dick. Atravesamos entonces una puerta para descubrir otra realidad en la que todo está previsto y escrito en un Plan, controlado por el Departamento de Ajustes. Sus agentes han aprendido a interpretar el árbol de decisiones de los humanos, y así adelantarse a los hechos provocando circunstancias aparentemente fortuitas que les impiden desviarse del Plan. El congresista David Norris lo descubre por casualidad y sabe que el plan decidido para él mira al Senado y más allá… pero le aleja de la joven Elise de quien se ha enamorado, por lo que tendrá que jugar sus bazas contra el destino.
Tanto Nolfi como Philip K. Dick parten de un planteamiento mecanicista del universo, donde una voluntad superior determina y gobierna la vida de los hombres, sin dejarles libertad para las cuestiones de importancia y permitiéndoles únicamente decidir sobre asuntos triviales. Al espectador se le ofrece un falso dilema entre predestinación y libertad, con visos de religiosidad calvinista y de moderna rebeldía contra el destino, pero también de una libertad a la americana –provoca un poco de rechazo la presencia de la Estatua de la Libertad– y donde el individuo de la calle puede acceder hasta la misma presidencia del Gobierno. Con ese esquema, Norris se pregunta “¿entonces, quién soy yo?” y rechaza renunciar a su libertad porque es lo único que tiene… El desenlace es muy previsible porque sabemos que la humanidad de sus sentimientos e ideales debe triunfar frente a los fríos agentes del orden, que el amor y la libertad dan más alas y fuerzas que el sombrero mágico y todos los protocolos del mundo, que el beso que despertó a la Bella Durmiente no va a hacer menos con el desconcertado Norris.
También se apuesta por la capacidad del hombre para improvisar y construir su propio mundo, por esa misteriosa búsqueda de felicidad que le empuja a abrir puertas a lo desconocido y arriesgarse por la persona que se quiere… porque el amor llena más que el poder y el éxito. Así lo entienden Norris y Elise en la lección de libertad que dan al Director, y así lo siente el espectador que asiste a un film bien rodado y con toda la intensidad y angustia que la historia encierra, pero al que le falta la frescura de otras cintas afines como “Olvídate de mí” o “El show de Truman”. La torpeza de esos agentes del Departamento de Ajustes –a veces su ineptitud raya lo increíble, en una trama por esencia increíble– o la fragilidad emocional de ese ángel negro hacen que la historia pierda fuerza y sea algo endeble, y que el esfuerzo expresivo de Matt Damon y Emily Blunt se diluya entre un mundo de marionetas.
No son azarosas ni gratuitas las profesiones de político o bailarina de los protagonistas, pues responden a esa necesidad de romper moldes y vivir con autenticidad y esfuerzo al labrarse el propio camino, moraleja de la cinta frente a un destino impuesto o a las fuerzas caóticas del azar. Determinación y constancia, fragilidad y vulnerabilidad que transmiten los rostros de Damon y Blunt en dos meritorias interpretaciones, con una buena química entre ellos que hace más creíble su historia de amor y su titánica lucha contra los elementos (aunque ella baile peor que Natalie Portman). Una cinta entretenida y amena, ágil en lo narrativo y con vistosos efectos especiales, quizá con demasiadas metáforas existenciales y algunos elementos artificiosos –lo del sombrero o lo del pomo de la puerta, por ejemplo–. De fondo, la ambición, la culpa y el miedo –a equivocarse o al reinicio-destrucción del mundo y el hombre–, como factores que limitan la libertad. Y también una invitación a atravesar la puerta y arriesgarse a una vida de incertidumbres… pero con amor y libertad.
Calificación: 6/10
En las imágenes: Fotogramas de “Destino oculto”, película distribuida en España por Universal Pictures International Spain © 2011 Universal Pictures, Media Rights Capital y Electric Shepherd Productions. Todos los derechos reservados.